La Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo anunció esta tarde la restitución de la identidad del nieto 132, llamado Juan, hijo de Mercedes del Valle Morales, detenida desaparecida en 1976, en Tucumán, durante la última dictadura cívico militar. Es la segunda recuperación en una semana y al cabo de tres años de que no hubiera novedades al respecto. «Seguimos celebrando la vida», dijo en conferencia de prensa desde el Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA), la titular de la organización, Estela de Carlotto.
Según se explicó, Juan -que participó de la conferencia vía zoom desde Tucumán- aún busca su identidad genética paterna. Carlotto, en compañía del secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, expresó la «enorme alegría» de la nueva restitución. «A pesar del dolor de tras de cada una de estas historias junto a la constatación de la trabajadora tarea que sigue siendo reconstruir lo que la dictadura quiso borrar, seguimos celebrando la vida con la alegría que nos da la conquista de la verdad. Por un 2023 con más encuentros, más identidades y más verdad», dijo Carlotto al cierre del encuentro.
La comunicación con Juan fue virtual y estuvo entrecortada, por lo que no pudieron escucharse sus palabras, excepto el agradecimiento a Abuelas y a quienes posibilitaron encontrar los restos de su madre. Más tarde, en una entrevista en Radio con Vos, contó que desde siempre tuvo sospechas sobre su identidad y que su camino de búsqueda comenzó hace 16 años: «Me llamaba siempre la atención que ellos eran muy mayores en comparación conmigo, parecían mis abuelos, eso me producía cierta curiosidad».
La historia es emblemática: toda la familia materna del joven se encuentra desaparecida. Juan se crió en una finca en Tucumán, con sus hermanos y hermanas en donde su madre trabajaba. Nunca había sabido que no era hijo de quienes decían ser sus padres hasta que cuando fallecieron fueron sus propios hermanos de crianza quienes le dijeron la verdad y le entregaron su documentación. En el DNI aparecía como la madre María Mercedes, contaron en la conferencia de prensa.
En 2004, Juan comenzó la búsqueda de su verdadera identidad con el acompañamiento del nodo por el Derecho a la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, de la provincia en la que aún vive. Desde la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) se comenzó a indagar sobre su origen biológico. Para el 2008, luego de aportar una muestra de ADN al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) se constató que María Mercedes efectivamente era su madre, quien había sido secuestrada el 20 de mayo de 1976. En ese momento, Juan tenía sólo 9 meses.
Según relató la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Mercedes fue secuestrada junto a parte de su familia en Monteros, Tucumán. Juan estaba junto a ella cuando también se llevaron a sus abuelos, Toribia Romero de Morales y José Ramon Morales. Cuatro días después secuestraron a sus tíos: José Silvano, Juan Cefererino y Julio César. «Todos se encuentran desaparecidos», señaló Carlotto.
«Fue una tía abuela materna, Máxima Rita Romero de Morales, quien denunció ante la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) la desaparición de toda su familia», contó Carlotto ante la prensa. Mientras tanto, Juan, luego de conocer su filiación materna, dejó su perfil genético en el Equipo de Antropólogos Forenses (EAAF), «con la ilusión de algún día poder encontrar los restos de su madre». Los encontraron cuando tenía 21 años, y pudo hacer una ceremonia junto a su familia materna para despedirla. Los restos de Mercedes se encontraban en el cementerio Norte de Tucumán.
En búsqueda del padre
La historia no es sencilla. Aún falta encontrar información sobre el padre de Juan, cuya identidad se desconoce. Para constatar que el joven efectivamente había sido víctima de «sustracción, ocultamiento y sustitución de la identidad en el marco del terrorismo de Estado», se tuvo que confirmar primero que quien lo apropió no era su padre biológico. Dado que el hombre ya había fallecido, se debió hacer la exhumación del cuerpo y la comparación de los perfiles genéticos de ambos, investigación que estuvo a cargo de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, a cargo de Pablo Carmuña, de la Fiscalía 1 de Tucumán.
En la mañana de este miércoles, la Justicia recibió la información determinada por el BNDG: Juan no es hijo de quien lo crió. «Hoy lo abrazamos como el nieto 132 y como un rompecabezas que nunca se termina de concretar se inicia un nuevo camino para poder dar con su verdadero padre», dijo Carlotto y convocó a que quienes tengan información sobre Mercedes y su compañero, se puedan acercar a Abuelas y a los organismos de derechos humanos.
A su turno, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, sostuvo que en este caso «está clara la responsabilidad civil, de los sectores de poder de la dictadura militar. La madre de Juan trabajaba con quien después lo apropia a él».
«Esto muestra que más allá de las organizaciones políticas y sociales, dirigentes que fueron perseguidos, también lo fueron muchos trabajadores y las patronales denunciaban a estos trabajadores organizados. Esos lugares de resistencia que significaba cada trabajador y trabajadora que tenía conciencia política, también fue perseguido», indicó el funcionario.
La noticia llega en el marco de la conmemoración del decreto 2741/90 con el que el expresidente Carlos Menem indultó al presidente de facto Jorge Rafael Videla y al marino Emilio Massera, quienes habían sido condenados en el Juicio a las Juntas cinco años antes, en 1985. Las leyes de Obediencia debida y Punto Final e Indultos fueron anuladas en 2003 por el Congreso de la Nación cuando se dio apertura al proceso de memoria, verdad y justicia encarnada en una serie de políticas públicas para la recuperación de la memoria sobre lo sucedido durante la dictadura, acompañado por el juicio a los responsables, que aún no dicen dónde están los más de 30 mil desaparecidos y desaparecidas ni las y los nietos apropiados.
El Destape