Especialistas y sociedades científicas celebraron el comienzo de la vacunación contra el coronavirus en niñas y niños de 3 a 11 años a la que consideraron como una herramienta clave para la protección de los inmunizados y para el conjunto de la sociedad.
«La vacunación pediátrica es muy importante por ellos, por su propia protección personal; si bien en general no es tan agresivo el Covid en los chicos como en los adultos, sabemos que el riesgo no es cero, de manera tal que hay que protegerlos», indicó el presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Omar Tabacco.
En declaraciones formuladas a Radio Nacional, explicó que es necesario que «este rango etario esté protegido porque en la medida en que se ha avanzado (con la vacunación) en edades superiores pasan a ser los más susceptibles y pueden transformarse en el reservorio de la enfermedad».
«Sobre todo de frente a una potencial tercera ola, es muy importante que ellos se encuentren protegidos», añadió. Asimismo, destacó que la vacunación a niños y niñas es importante para «fortalecer la presencialidad escolar que tanto nos costó conseguir». Respecto al cronograma de vacunación, Tabacco afirmó que «siempre pedimos empezar con los chicos con comorbilidades y condiciones que los ponen más susceptibles de condiciones graves».
«La idea de acá a fin de año es completar el rango etario de 3 a 11 años. Nos han dicho desde el Ministerio de Salud de la Nación que están las vacunas para los 6 millones de chicos que comprenden en el país ese grupo», sostuvo.
Por su parte, la médica Lourdes Arruvito, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (Inbirs), dijo que la protección personal «es clave en niñas con enfermedades asociadas, como respiratorias, cardiopatías congénitas, bajo peso, prematuros, inmunocomprometidos, trasplantados y con cáncer, porque tienen mucho riesgo de desarrollar formas graves de Covid».
«Pero en los niños sin comorbilidades también hay un beneficio. En primer lugar, si bien es verdad que la mayoría transitan la infección de forma asintomática o con cuadros leves, aún en estos casos pueden quedar secuelas; vemos que hay un porcentaje no menor de chicos en los que quedan dificultades respiratorias, para concentrarse, fatiga y tos persistente», explicó Arruvito.
Asimismo, destacó que es una forma para prevenir el síndrome inflamatorio multisistémico (SIM) pos Covid, una respuesta inflamatoria exacerbada que se presenta en niñas y niños sin enfermedades de base 8 a 10 semanas después de haber tenido la infección y que por lo general genera necesidad de cuidados intensivos.
Pero más allá de esta protección personal, la vacunación pediátrica tiene un efecto sobre el conjunto de la sociedad.
«Con su vacunación se aporta a la inmunidad colectiva y a evitar la transmisión intra hogar, especialmente de las personas mayores y de los inmunocomprometidos que desarrollan una respuesta menor frente a la vacuna», sostuvo Rosa Bologna, jefa del servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan.
En tanto, Arruvito añadió que «las nuevas variantes se van produciendo por las mutaciones que hace el virus cuando circula, entonces que haya un porcentaje no menor en la población que no tenga la vacuna deja expuesto al resto a que se generen nuevas variantes de las que no sabemos si las vacunas que se están aplicando serán efectivas; éste es otro motivo para vacunar a los niños y niñas».
La vacuna aprobada por la Anmat para vacunar a niñas y niños entre 3 y 11 años es la de Sinopharm.
«La plataforma que utiliza Sinopharm es de virus inactivado, es la más antigua que utilizamos dentro de la Covid y la conocemos muy bien; de hecho la vacuna Salk, que es la de la polio; la de la rabia, la de la hepatitis A, todas usan esta plataforma», describió Arruvito.
Finalmente, la investigadora explicó que, «en cuanto a los efectos adversos de este tipo de vacunas, lo que está reportado es dolor en el sitio de la inyección, calor, fiebre, algún síntoma de dolor corporal pero ninguno de gravedad».