La tragedia del ARA San juan
El 4 de noviembre de 2017, el ARA San Juan llegó a destino sin novedades. Una semana después, el 11 de noviembre, participó del ataque submarino con la Flota de Mar, con resultado exitoso.
Según su “orden de operaciones”, debía seguir por custodiar el Mar Argentino e informar el ingreso de buques extranjeros a las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva para depredar los recursos naturales. Dos suboficiales, Juan Gabriel Viana y Humberto René Vilte, se bajaron por problemas personales y la tripulación quedó conformada por 44 personas.
El comandante del buque Pedro Martín Fernández solicitó luego de la navegación de julio del mismo año, que se los releve de esa tarea porque un potero chino intentó embestirlos al descubrirlos. También explicó que la nave podía enredarse con las “artes de pesca”, una sugerencia que fue ignorada. El martes 14 comenzó la cuenta regresiva hacia su desaparición.
La nave fue encontrada un año después de su desaparición, por una empresa privada, muy cerca de la zona en la que se suponía que se encontraba, a más de 900 metros de profundidad. Estaba a unos 505 kilómetros del litoral marítimo argentino.
El trabajo de la Justicia, desde entonces, intenta determinar si hubo responsabilidad penal, por parte de las autoridades correspondientes a la partida del submarino y sus 44 tripulantes.