Molina recibió una pena de tres años de prisión de ejecución condicional, mientras que Galván fue condenada a dos años y ocho meses, ambos por su participación en hurtos bajo la modalidad del uso de inhibidores para interferir con los sistemas de cierre centralizado de vehículos.
Además de la prohibición de ingreso a Puerto Madryn, la pareja deberá cumplir estrictas pautas de conducta, entre ellas, abstenerse de cometer nuevos delitos. En caso de incumplir estas medidas, las penas impuestas se convertirán de cumplimiento efectivo.
Los tres hechos por los que fueron condenados ocurrieron en la zona céntrica Puerto Madryn. En cada uno de ellos, la pareja utilizó un inhibidor de señal para desactivar el cierre automático de los vehículos. Entre los robos más destacados, se encuentran el robo de un iPhone de una camioneta Toyota Hilux estacionada en 9 de Julio y San Martín; la sustracción de 700.000 pesos de otra Toyota Hilux en Av. Roca y 28 de Julio, el robo de dinero y el arma reglamentaria de un policía y, finalmente, el hurto de un vehículo en el playón ubicado entre Irigoyen y Av. Roca, cerca del muelle, que luego abandonaron.
El caso fue llevado adelante por el fiscal Alex Williams y el funcionario Juan Pablo Santos. La condena se dictó en un juicio abreviado, donde los imputados admitieron su responsabilidad. La sentencia fue homologada por la jueza Carla Flores y, al haber sido aceptada por las partes, quedó firme y no podrá ser apelada.