“Lamento mucho todo. Me doy cuenta que estás muy lastimada. Nunca quise que todo fuera como fue. Siempre te amé y nos tocó un tiempo tortuoso que seguramente no me dejó darte la atención que merecías. Hoy estoy muy triste por todo. Mis ganas de vivir no existen. Soñaba otra cosa a tu lado. Te pido perdón por el daño que sin querer te he causado. Beso grande”, escribió Fernández aquel 28 de junio.
Yañez, apenas unos minutos después, le respondió: “Ya hablé con Juan Pablo, quedate tranquilo voy a hacer lo que me dijiste que había que hacer”. Fernández, en tanto, insistió: “Lamento todo, Creéme”.
A las 5:46 PM, Yañez intentó comunicarse vía llamada telefónica con Fernández, pero él no la atendió. Ante la falta de respuesta, ella le escribió: “Necesito hablar con vos. Urgente”. Minutos después lo volvió a llamar pero él le respondió más de una hora después, a las 7:20 PM: “Creeme que lamento enormemente todo”.
Yañez le avisó a Alberto que “en 15 minutos” tenía la primera audiencia con el juez Julián Ercolini por Zoom. Fue entonces cuando el expresidente comenzó a enviarle una catarata de mensajes.
“No hubiera nunca haber tenido que pasar por esto. Me viene internet por momentos. Mi consejo es que hables lo menos posible. Esa es la mejor garantía de que no se vuelva noticia”, le advirtió Fernández. Ese día, Yañez decidió no realizar la denuncia.
El sábado 29 de junio a la madrugada, Fernández le envió un extenso mensaje a Fabiola: “Mañana, cuando puedas, tratemos de hablar. Todo esto está muy mal y nosotros tenemos una responsabilidad que se llama Francisco. Siempre te dije que siempre te voy a amar y siempre te voy a cuidar. No tenés que tener dudas de eso. Igual pensé mucho en la cantidad de cosas que me dijiste hoy. Más allá de estar de acuerdo o no con vos, creo que te podría decir lo que realmente siento que nos pasó. No para pelear. Solo para poder seguir. Te mando un beso”.
Luego, en horas de la mañana, le preguntó cómo estaba ella y cómo estaba su hijo Francisco, a lo que ella le respondió con una foto.