A lo largo de todo el país se registraron en las últimas semanas una serie de despidos en el Correo Argentino por “reestructuración empresarial”. En Chubut fueron tres los damnificados, de Corcovado, Trevelin y Trelew. Ahora, en Cholila, un trabajador recibió una “oferta de retiro voluntario”, según él mismo contó.
La llamada llegó desde el área de Recursos Humanos, en Neuquén, para ofrecerle una determina cantidad de dinero para que se vaya de forma voluntaria de la empresa.
“Si la acepto, van a cerrar la sucursal”, explicó Ariel Sarmiento, jefe de la sede en la que trabaja junto a un cartero y un transportista tercerizado. Hace 42 años que está en la empresa.
“Ahora estoy analizando la situación porque a mí me faltan cinco años para jubilarme y la plata que te dan, como está la economía ahora, es poca. Uno tiene que pensar en el futuro”.
El tiempo límite para exponer su decisión es el 24 de mayo. Después de eso, “no sé qué va a pasar”, confesó Ariel, agregando que lo está hablando con su familia, de quienes tiene total apoyo para elegir la opción que más considere acorde a la situación.
TODA SU VIDA DEDICADA AL CORREO
Su carrera en la empresa empezó a sus 17 años, como otros de sus compañeros. “Ahora tengo 60 años, estuve toda mi vida acá y la vivimos de todos los colores. Esto de la privatización no es nuevo para mí”, aseguró, diferenciando, sin embargo, que “cuando fue la época de la presidencia de Menem, que también pasó esto, uno era pibe y si se iba tenía más posibilidades de trabajar”.
Ahora la realidad es otra y las posibilidades muy acotadas. “Una persona de mi edad ya no tiene oportunidad laboral porque siempre se buscan pibes más jóvenes con mucho estudio. A uno ya se le pasó el tren para eso”.
Tas recibir el llamado con la propuesta, empezó a correr el tiempo para tomar una decisión que pareciera no tener ningún lado positivo. “Te dan a entender que, si no te vas, te van a dar menos plata o te van a echar con la indemnización que te corresponda para que te arregles como puedas”.
El motivo, para él, está claro: esto pasa por la privatización. Las oficinas en estas y otras localidades “ya no son rentables”. En su momento, recordó que el Correo siempre estuvo presente en lo social donde “no había bancos, ni ANSES; siempre nos encargamos de hacer todos esos trabajos. Pero ahora cambiaron los tiempos y el nuevo presidente no quiere a esta empresa porque dice que perdemos plata. Yo creo que hay plata, pero no se sabe gastar como corresponde”.
“Las condiciones son ahora así, es una pena. Con la excusa de que éramos un juntadero de ñoquis, la gente se comió ese verso y no se dan cuenta que detrás hay personas que llevan años trabajando”, lamentó.
Fuente: Jornada