En el año 2013 y principios de 2014, se introdujo un nuevo sistema de gestión de residuos en la región del Valle Inferior del Río Chubut (VIRCh), Puerto Madryn y sus alrededores, a través del Consorcio Público Intermunicipal de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) en el noreste de la Provincia del Chubut. Antes de esto, algunas gaviotas cocineras solían alimentarse de desechos urbanos y restos de la pesca en vertederos a cielo abierto en Puerto Madryn. Sin embargo, con la implementación del nuevo sistema, se cerraron estos vertederos y se comenzaron a procesar los desechos de la pesca para su uso en compostaje. Además, se inició la separación de residuos urbanos para reciclaje, depositando el resto en un vertedero ubicado al sur de Puerto Madryn.
Estos cambios en la gestión de residuos tuvieron un impacto en la alimentación de las gaviotas a lo largo de la costa chubutense, afectando sus patrones de búsqueda de alimento. Científicos del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR, CONICET) llevaron a cabo un estudio en gaviotas cocineras y encontraron que el cambio en la gestión de residuos se reflejó en las anomalías en los glóbulos rojos de su sangre. Aunque no se observaron diferencias en la cantidad total de malformaciones entre dos muestreos realizados en 2013 y 2021, se notó una disminución significativa en la frecuencia de ciertos tipos de anomalías en los muestreos posteriores al cambio en la gestión de residuos.
Este estudio sugiere que las gaviotas cocineras podrían ser un buen indicador de la contaminación en las zonas costeras del hemisferio sur debido a su exposición constante a ambientes antropizados. Además, los científicos planean utilizar inteligencia artificial para estandarizar el análisis de malformaciones y facilitar su uso en diferentes regiones donde estas aves estén presentes. Este enfoque podría permitir realizar estudios comparativos a lo largo del hemisferio y mejorar nuestra comprensión de los efectos de la contaminación en la vida silvestre.