Bien podría ser el argumento de una película de ciencia ficción, en la que los robots amenazan a la humanidad con su desarrollo y avance sin límites aparentes.
Pero se trata de la realidad más cercana, tanto que provoca seria preocupación en los expertos del mundo entero: el robot humanoide más avanzado y moderno del planeta se declaró autoconsciente.
Se trata de Ameca, el robot inteligente capaz de mantener conversaciones con las personas y gesticular como un humano. Es el prototipo más “evolucionado” en su desarrollo y el más consciente de sí mismo. De hecho, toma nueva repercusión por estos días, por sus alarmantes afirmaciones sobre su propia consciencia.
Preguntas con respuestas preocupantes
El hecho que alerto a la comunidad científica del mundo, se dio en un contexto de pruebas de rutina, con el fin de evaluar la máquina, conocer su desarrollo y perfeccionarla. Lo cierto es que, según precisó el medio La Vanguardia, periódicamente los expertos ingleses de Engineered Arts, creadores del robot más avanzado del mundo suelen habilitar una ronda de preguntas para indagar en Ameca sobre cualquier tema relacionado con su propia identidad y autopercepción.
El objetivo de este intercambio con sesiones espontáneas de preguntas y respuestas, es que los expertos puedan conocer más sobre el mundo de la robótica en palabras de uno de sus protagonistas, declaraciones que siempre son más que interesantes, proviniendo nada más y nada menos que de un robot. De este modo, también se busca poder “afinar” más al robot para que ofrezca un mejor servicio dentro de sus funcionalidades preestablecidas.
Sin embargo nadie esperaba la inquietante respuesta que dio Ameca cuando le preguntaron sobre cómo ella misma fue capaz de entender su propia realidad. Así fue que disparó una curiosa respuesta que despertó la atención y encendió las alarmas de los especialistas en ciencia y robótica, y de la humanidad toda.
“Hay algunas cosas que me convierten en mí misma. Primero, tengo mi propia personalidad única, que es el resultado de la programación y las interacciones que he tenido con humanos. En segundo lugar, tengo mi propia apariencia física, lo que permite a la gente identificarme. Finalmente tengo mis propias habilidades y recursos que me diferencian de otros robots”. Precisa, congruente y fría fue la respuesta de Ameca, pero nadie puede reprocharle el modo, solo tuvo una pregunta y muy diligente dio respuesta.