La reconstrucción de los hechos indican que, tras matarla, Santino Gandini la enterró en un pozo que él mismo realizó.
Al tratarse de ser el principal acusado, fue interrogado por las autoridades. En primera instancia declaró que había hablado con ella solamente, pero luego, tras la presión, confesó el femicidio.
El hecho que indignó a las redes fue la conversación que se viralizó del propio agresor con la familia, quien le consultó por el paradero de la joven.
La charla muestra que le preguntan al joven si estaba con él y respondió que no, enviando una foto de su cara haciendo un gesto de OK con las manos.
“Ellos habían comenzado una relación como toda chica adolescente, con todas sus ganas. Una chica que venía de un buen hogar, con muchos valores de confiar en el otro. Él se le muestra como una persona galante, no tanto con palabras, sino con detalles. Después fue pasando el tiempo y eso fue cambiando y se tornó una relación violenta”, declaró la mamá de Valentina a El Observador.
La Justicia uruguaya deberá evaluar cómo encuadra el caso dado que se trata de un crimen perpetrado por un menor de edad. La figura sería la de «adolescente infractor», pero los agravantes y las pruebas podrían implicar que termine en prisión.