El pecado de la “Albiceleste”, que tuvo más intentos fallidos que jugadas de gol, fue un desajuste defensivo que hizo despedirse anticipadamente de la Copa del Mundo.
El equipo argentino participó de este certamen, tras no haber alcanzado el cupo en el Sudamericano de Colombia y solamente hizo valor el cupo de anfitrión para jugar, luego de que la FIFA le retirara la sede a Indonesia.
Nigeria se metió entre los ocho mejores y jugará el sábado 3 de junio a las 14.30 en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero frente al ganador de Ecuador y Corea del Sur, que se medirán este jueves en el mismo escenario.
Luego de un primer tiempo que lo tuvo como dominador, pero con fallas en los últimos metros, el equipo argentino tuvo unos minutos de desconcierto que fueron aprovechados por Nigeria y terminaron siendo determinantes.
La diferencia también estuvo en los cambios, ya que los que entraron en el segundo tiempo en Nigeria fueron claves en los goles, mientras que las variantes de Mascherano no surtieron efecto.
A los 12 minutos del segundo tiempo, el equipo africano avisó con un remate al travesaño de Nnadi Tochukwu que dejó en silencio al público.
El combinado argentino no pudo salir de ese momento de distracción defensiva y cuatro minutos después, a los 16m., Ibrahim Muhammad silenció al Bicentenario, con una definición práctica.
El veloz extremo africano recibió un gran pase del ingresado Emmanuel Umeh a la espalda de la defensa y definió cruzado ante la salida en vano del arquero Federico Gomes Gert
Hasta ese momento, Nigeria no ha|bía hecho demasiados méritos para estar en ventaja, pero tuvo la efectividad que le faltó al equipo local.
Los fríos números registraron que la Argentina tuvo más de 20 intentos para romper el cero pero, a diferencia de lo que pasó contra Nueva Zelanda, la pelota no quiso entrar e hizo más grande la frustración.
La ilusión se esfumó a los 45 minutos, cuando otro jugador que entró en el segundo tiempo, Haliru Sarki, puso el 2-0 con una palomita ante un arco indefenso.
Las “Águilas” volaron alto en San Juan y le alcanzaron tres ocasiones de gol para llevarse la victoria.
Antes del segundo gol sorprendió la falta de reacción desde el banco de suplentes, ya que quedaron dos cambios por hacer y Matías Soulé, una de las joyas, no tuvo minutos, luego de haber sido titular en las primeras dos fechas.
La ilusión por esta generación se diluyó rápidamente en San Juan y quedó demostrado que este Mundial no era para la Argentina.