Los gobiernos de Turquía y Siria informaron que el balance de víctimas por el devastador terremoto del lunes ascendió a por lo menos 5.000 muertos y 18.000 heridos. Las tareas de rescate continúan este martes buscando personas desaparecidas entre los escombros, por lo que las cifras podrían seguir aumentando.
En Siria, al menos 1.602 personas fallecieron y 3.640 resultaron heridas, según los balances de las autoridades y de los equipos de rescate que trabajan en las zonas rebeldes. «La situación es muy grave, muchas personas siguen todavía bajo los escombros de edificios», informaron desde un hospital de la ciudad de Darkush.
Los socorristas continuaron la búsqueda de sobrevivientes durante la noche, desafiando el frío, la lluvia o la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes. Además, el marcado descenso de las temperaturas conlleva un riesgo adicional de hipotermia para los heridos y las personas atrapadas en los escombros.
La ayuda internacional empezaría a llegar este martes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el potente terremoto podría afectar a 23 millones de personas en esas regiones, incluyendo 5 millones de personas vulnerables.
El temblor se sintió se sintió el Líbano, Chipre y hasta en Dinamarca y Groenlandia, donde los temblores «fueron claramente registrados por los sismógrafos» de estos países. Es el terremoto más importante en Turquía desde el ocurrido el 17 de agosto de 1999, que causó la muerte de 17.000 personas.