Aunque no precisó sus nombres, señaló que al menos otros dos agredieron también a Báez Sosa frente al boliche: «A Fernando veo que le pegan cuatro, en principio».
Por pedido de la defensa, a cargo del abogado Hugo Tomei, Bidonde dibujó un croquis que exhibió ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, en el que precisó la secuencia en la que vio de frente a «Fernando de rodillas intentando sujetar los golpes» y detalló dónde estaban algunos agresores de la víctima.
También detalló dónde se encontraban quienes atacaron a los amigos de la víctima, entre quienes identificó a Ayrton Viollaz y a otro de «rodete samurai», en presunta referencia a Matías Benicelli.
Declaró además que «lo más llamativo» de la escena «era la agresividad del chico que le pegaba en la cabeza», a quien vio previamente como «lo tuvieron que sacar entre dos del boliche» y consideró que era «el líder» del grupo.
La cuarta jornada del juicio a los ocho rugbiers imputados por el crimen se puso en marcha en el primer piso de los tribunales de Dolores minutos después de las 9.30, con la presencia en la sala de audiencias de los padres de Fernando.
También estuvieron presentes, al igual que desde el inicio del juicio, los ocho acusados, que por primera vez en cuatro días se quitaron los barbijos.
Luego de las tres primeras audiencias del proceso oral, en las que brindaron declaración los padres de la víctima, Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, una docena amigos, policías, custodios del local bailable, y el remero Pablo Ventura y su padre, para este jueves fue pautada otra docena de testimonios.
Entre los testigos citados figuran cuatro efectivos policiales afectados al Operativo Sol en el verano 2020 y que llegaron al lugar del hecho minutos después de que Báez Sosa fuera atacado.
También está prevista la declaración de Virginia Luz Pérez Antonelli, la joven que veraneaba en Villa Gesell en ese momento y le practicó maniobras de reanimación cardiopulmonar a la víctima.
También declararán otros dos jóvenes que presenciaron el ataque sufrido por el estudiante de derecho y su grupo de amigos.
Y en último término brindarán testimonio otros cuatro testigos del hecho: un taxista, una joven que estaba en un bar ubicado junto a «Le Brique», y una pareja que atendía esa madrugada un kiosco en el que la víctima había comprado un helado minutos antes, tras ser echado del boliche.