Scaloni es el entrenador más joven del Mundial. Diecinueve jugadores debutarán en una Copa del Mundo. Trabajamos en la renovación, y apostamos al sentido de pertenencia. Si esto no es proyecto, ¿el proyecto dónde está?”, tuiteó el Chiqui Tapia el 11 de noviembre, luego de que se diera a conocer la lista de convocados de la Selección Argentina para el Mundial de Qatar 2022.
Es cierto que Lionel Scaloni llegó a ser entrenador de la Albiceleste por la crisis futbolística generada a partir de la temprana eliminación del conjunto de Jorge Sampaoli en Rusia 2018, que culminó con su renuncia y también desencadenó la salida de Sebastián Beccacece, que hasta entonces era su ayudante y estaba a cargo del sub-20. El combinado juvenil tenía que disputar el Torneo de L’Alcudia y alguien debía hacerse cargo del equipo. Por eso, desde la AFA recurrieron al nacido en Pujato, uno de los pocos integrantes de ese cuerpo técnico que todavía seguía trabajando para el seleccionado.
Así fue como empezó su camino como director técnico quien hoy, cuatro años y medio después, logró la tercera Copa del Mundo en la historia del seleccionado y en 2021, con la obtención de la Copa América, había podido cortar una sequía de 28 años. En su primera experiencia en Valencia logró coronar al equipo argentino que, entre otros juveniles, contaba con Leonardo Balerdi, Agustín Almendra, Adolfo Gaich y Federico Gattoni. Pero dos días antes de esa final ante Rusia, Scaloni recibió un llamado que sería determinante. La propuesta de Tapia era que dirigiera a la Mayor en los próximos dos amistosos que ya estaban pautados, ante Guatemala y Colombia.
“Son dos partidos y no tienen entrenador. Vamos y volvemos a la sub-20″, les explicó Scaloni a Pablo Aimar y Martín Tocalli, mientras caminaban por la playa de Valencia y luego de que ambos le dijeran que «estaba loco» por aceptar la oferta. Nadie, ni siquiera Scaloni, imaginaban lo que vendría tiempo después.
Pero lo que empezó como una respuesta rápida para una combinado que había quedado acéfalo, culminó en un exitoso proyecto y una resignificación de la Selección Argentina. Tapia, muchas veces criticado por el presente del fútbol argentino, fortaleció su mandato gracias al trabajo que se llevó a cabo en el equipo nacional. “Seguimos apostando al proyecto integral de selecciones”, escribió cuando anunció en septiembre, casi dos meses antes del Mundial, la renovación del contrato de Scaloni hasta 2026.
Es que además de lo que rodea a la Mayor, el trabajo en las juveniles no tiene precedentes. Con Bernardo Romeo como Coordinador de las Juveniles se lanzó el Departamento de Scouting en Europa, que lidera Juan Tassi y se encarga de buscar a futbolistas argentinos o no, pero que por la nacionalidad de sus padres puedan representar a la Argentina. Así llegaron a las juveniles Alejandro Garnacho, Nicolás Paz, Franco y Valentín Carboni, y Matías Soulé, entre otros. Ellos, junto a Thiago Almada, Facundo Medina, Nehuen Pérez y algunos jóvenes más que han sido convocados por Lionel Scaloni en todo este tiempo, probablemente serán parte de la Mayor camino a Canadá, México y Estados Unidos 2026.
Dibu Martínez y Gerónimo Rulli, dos de los tres arqueros en Qatar, ya habían sido citados, pero recién con Scaloni al mando tuvieron la oportunidad de sumar minutos. Además, Enzo Fernández, Nicolás González, Cristian Romero, Julián Álvarez, Nahuel Molina, Gonzalo Montiel, Lisandro Martínez, Juan Foyth, Rodrigo De Paul, Alexis Mac Allister y Exequiel Palacios fueron convocados por primera vez. Por edad, todos ellos llegarán al próximo Mundial ya que el más grande es De Paul, que tiene 28.
Pero más allá de los nombres, Scaloni logró armar un plantel que con el paso del tiempo formó una conexión especial con los hinchas como nunca antes en los últimos años. “Desde el primer día que asumimos nuestra idea era que la Selección Argentina sea de todos -dijo Scaloni en la última conferencia antes de la final-. Darle la posibilidad a cualquier futbolista para que se pueda poner la camiseta. Sumamos un grupo espectacular que se mata por la camiseta y se brinda al máximo, juegue quien juegue. La bisagra de todo esto fue seguir confiando en un proyecto y en un grupo de jugadores que nos iban a dar una alegría. Dejamos bien parado al escudo y a la gente. Eso se cumplió”.