Dos agujeros negros se encuentran en trayectoria de colisión y el choque tendrá lugar en los próximos tres años. La colisión podría pasar a la historia como uno de los grandes eventos astronómicos modernos.
Según un artículo de Francisco José Torcal Milla Profesor Titular del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Zaragoza, a escala cósmica tres años significa que es «inminente».
En 2016, ocurrió un fenómeno similar cuando los observatorios LIGO, Virgo y GEO600 anunciaron la primera detección de ondas gravitacionales producidas por la fusión de dos agujeros negros.
Hay al menos dos maneras de observar agujeros negros. Podemos conocer el efecto que su gravedad tiene en los objetos a su alrededor, en el centro de la Vía Láctea existe por ejemplo un agujero negro alrededor del cual orbitan millones de estrellas. También podemos observar la materia que cae en un agujero negro.
Qué es un agujero negro
El concepto de agujero negro fue acunado por un clérigo inglés, John Michell a finales del siglo XVIII. Se trata de un cuerpo de una masa tal que la luz no puede escapar de él. Por aquel entonces empezaba a pensarse que la luz era una onda y no un partícula, así que, al no tener masa, la gravedad no debía afectarle.
Dos siglos más tarde, a principios del siglo XX, Albert Einstein recuperó esta teoría argumentando que la luz en unas ocasiones se comportaba como una onda y en otras como partícula, postulando la dualidad onda-partícula de la luz, que resultó ser cierta.
Diez años más tarde, en 1915, el mismo Albert Einstein publicó su Teoría de la Relatividad General y demostró que la luz se veía afectada por la gravedad, curvando su trayectoria en el espacio-tiempo al pasar por las cercanías de objetos masivos.