El diario El Comercio, de Guayaquil, describió que «la explosión fue tan potente que destruyó gran parte de tres viviendas»; que «los postes y los cables del alumbrado público también cayeron al piso», y que «varios vehículos que estaban en la calzada terminaron totalmente afectados».
Por la tarde, la Municipalidad de Guayaquil elevó de 16 a 26 la cantidad de heridos por la explosión y aclaró que 10 de ellos estaban en «estado crítico», según el periódico.
Ecuador, ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, enfrenta una oleada de criminalidad vinculada al tráfico de drogas, que deja escenas de terror con cuerpos decapitados y colgados de puentes al estilo de la modalidad utilizada por los carteles narcos de México.
Los enfrentamientos se extienden hasta las cárceles, donde desde febrero de 2021 se produjeron siete matanzas con cerca de 400 reos muertos.
«O nos unimos para enfrentarlo (al crimen organizado) o el precio será aún más alto para la sociedad», advirtió Carrillo en su mensaje.
El más reciente reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), publicado en junio, indica que Ecuador en 2020 decomisó 6,5% del total de la cocaína incautada en el mundo.
En 2021, Ecuador incautó el récord de 210 toneladas de droga, la mayoría cocaína. En el primer semestre de este año, los decomisos superan las 100 toneladas.
El año pasado la nación, con 18 millones de habitantes, cerró con una tasa de 14 asesinatos por cada 100.000 personas, casi el doble que en 2020.