Tanto Pereyra como Marano Fuentes son investigados por lavado de activos ya que creen que el traslado de la cocaína la realizaban en veleros que salían de Argentina. Sospechan que el total de lo enviado hacia España llegaba a una tonelada y media por año.
La investigación contra los empresarios comenzó tras la declaración del financista Diego Guastini, quien dio detalles de la banda que realizaba viajes en veleros.
Guastini fue señalado como otro hombre implicado en el lavado de activos que decidió declararse como arrepentido. Salió en libertad y a los dos días fue asesinado a tiros por un sicario que iba en moto.