También se reportó que de los doce casos confirmados desde el 27 de mayo hasta el momento, once tienen antecedentes de viaje.
En el caso de los nuevos infectados, las dos jurisdicciones iniciaron las acciones de aislamiento y rastreo de contactos, y hasta el momento no se reportaron «casos secundarios».
De los casos notificados en Córdoba, uno se confirmó a partir del resultado positivo de la prueba de PCR analizado en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis) Dr. Carlos Malbrán, mientras que el segundo se confirmó por nexo epidemiológico.
Desde el área de Epidemiología de la provincia de Córdoba reportaron que los hombres regresaron de Europa el 1 de julio y comenzaron con síntomas entre el 3 y 5 del mismo mes.
«Uno de ellos presentó fiebre, cefalea, mialgias, astenia, pústulas y costras en la piel, en tanto el segundo manifestó sintomatología muy leve. El 7 de julio realizaron una consulta en el Hospital Rawson, donde sospecharon la infección y se tomaron las muestras correspondientes para realizar el diagnóstico», explicó el Ministerio a través de un comunicado.
También se informó que los casos no registran contactos de riesgo en el país, y que evolucionan favorablemente, en aislamiento y con control domiciliario por parte del Hospital Rawson.
Sobre el caso porteño notificado, se trata de un hombre de 43 años que regresó de Europa el 3 de julio y fue asistido el 7 en un efector privado tras presentar los síntomas comunes de la enfermedad.
Desde el 27 de mayo hasta la fecha se registraron en Argentina doce personas con este diagnóstico: cinco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tres bonaerenses, tres de Córdoba y una de Mendoza. Once de los doce casos presentaron antecedentes de viaje.
La viruela símica se transmite de persona a persona por contacto cercano con lesiones, partículas respiratorias y materiales contaminados como la ropa de cama o utensilios.
En el actual brote en distintos países no endémicos, los cuadros clínicos son leves y la mayoría presenta -de la misma manera que los casos detectados en Argentina- lesiones en diferentes partes del cuerpo, incluyendo genitales o el área perigenital, lo que indica que la transmisión probablemente ocurra a través del contacto físico cercano como cara a cara, piel con piel, boca a boca y contacto sexual.
Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, muscular o de espalda, inflamación de ganglios y cansancio. Entre uno y cinco días posteriores se agrega erupción en la piel, que pasa por distintos estadios hasta formar una costra que luego se cae. Las personas infectadas contagian hasta que se hayan caído todas las costras.