Al responder sobre la agresión de Rusia a Ucrania y cómo se puede contribuir a la paz, Francisco afirmó que “hay que alejarse del patrón normal de que Caperucita Roja era buena y el lobo era malo. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados”.
Y citó la opinión de un Jefe de Estado que conoció antes del comienzo de la guerra y que le expresó su preocupación “por cómo se estaba moviendo la OTAN”.
“Le pregunté por qué y me respondió: ‘Están ladrando a las puertas de Rusia. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se les acerque’ y concluyó diciendo que ‘la situación podría conducir a la guerra. Ese jefe de Estado supo leer las señales de lo que estaba pasando”, relató el Papa.
Para Francisco, existe el peligro de centrarse sólo en “la brutalidad y ferocidad con que se libra esta guerra por parte de las tropas, generalmente mercenarias, utilizadas por los rusos, que prefieren enviar chechenos, sirios y mercenarios” y que “es algo monstruoso”.
Y agregó, “no ver también todo el drama que se desarrolla detrás de esta guerra, que quizás de alguna manera fue provocada o no impedida. Y registro un interés en probar y vender armas. Es muy triste, pero básicamente esto es lo que está en juego”.
El pontífice afirmó que algunos creen que con este pensamiento está a favor del presidente ruso, Vladimir Putin. “No, no lo estoy. Es simplista y erróneo decir tal cosa. Pero estoy simplemente en contra de reducir la complejidad a la distinción entre el bien y el mal, sin pensar en las raíces y los intereses, que son muy complejos”, aseveró.
Francisco quiso reiterar su admiración por “el heroísmo del pueblo ucraniano” y opinó que “lo que tenemos ante nuestros ojos es una situación de guerra mundial, de intereses globales, de venta de armas y de apropiación geopolítica, que está martirizando a un pueblo heroico”.
“También es cierto que los rusos pensaron que todo acabaría en una semana. Pero calcularon mal. Se encontraron con un pueblo valiente, un pueblo que lucha por sobrevivir y que tiene una historia de lucha”, dijo en la transcripción de la conversación, publicada por la revista jesuita La Civiltà Cattolica.
Además, recalcó el peligro de que la atención sobre lo que ocurre en Ucrania disminuya con el tiempo y preguntó: ¿Qué pasará cuando el entusiasmo por ayudar disminuya? Porque la cosa se está enfriando, ¿quién se va a hacer cargo de estas mujeres? Hay que mirar más allá de la acción concreta del momento, y ver cómo los vamos a apoyar para que no caigan en el trata, para que no las exploten, porque los buitres ya están dando vueltas”.