El incremento en el caudal del río Iguazú, a causa de abundantes lluvias en las altas cuencas, obligó a la empresa concesionaria de los servicios a cerrar el acceso a Garganta del Diablo, en Cataratas. Los operarios rebatieron al totalidad de las barandas del balcón y un sector de las pasarelas que conducen al salto estrella del Parque Nacional Iguazú.
En la mañana de este viernes el nivel del río subía un promedio de seis centímetros por hora y el caudal llegó a 10.000 metros por segundo a las 9, casi diez veces el promedio que tiene ese curso de agua. Desde la empresa Iguazú Argentina, concesionaria de los servicios en Cataratas, explicaron que el cierre es preventivo, para evitar daños en la estructura de las barandas, ya que el agua arrastra muchos troncos, informó Clarín.
El gerente de la empresa, Marcelo Zuliani, explicó que “el acceso a la Garganta se cerró el jueves a las 16 y nuestros operarios comenzaron con los trabajos para rebatir las barandas antes que el agua superara el nivel del balcón, que está tres metros más abajo que las pasarelas”. Y agregó que “el pico de la creciente se espera para las 14 o 15 de este viernes. Los técnicos estimaron que el caudal puede llegar a los 13.000 metros cúbicos por segundo”.
Desde la empresa dijeron que los demás paseos continúan habilitados y que la enorme masa de agua que se despeña desde unos 80 metros de altura brinda un espectáculo incomparable para los visitantes. En esta época, alrededor de 1.500 turistas visitan las Cataratas por día.
Las intensas precipitaciones que se registraron en Brasil obligaron a las centrales hidroeléctricas instaladas sobre el río Iguazú a abrir las compuertas ante la imposibilidad de contener el enorme volumen de agua que acumularon en pocas horas.
A las 9 de este jueves el río Iguazú desplazaba una masa de agua de 3.620 metros cúbicos por segundo. Es decir que en sólo 24 horas casi triplicó su caudal.
Desde Iguazú Argentina dijeron que la decisión de cerrar el acceso a la Garganta “busca proteger la salud de todos nuestros visitantes y preservar la estructura que conduce al salto”, y que el rebatido de barandas permite que “el flujo de agua pase libremente”.
Zuliani no pudo precisar cuándo se volverá a habilitar el ingreso a ese circuito. “Una vez que el agua baje, nuestros técnicos deben realizar una evaluación del balcón de la Garganta para garantizar que no existan daños. Una vez finalizado ese proceso ya se puede empezar a levantar las barandas”, detalló.
El último cierre del acceso a la Garganta del Diablo se remonta al 3 de diciembre del 2015 cuando el caudal superó los 11.000 cúbicos por segundo, también a causa de las intensas lluvias. Un año antes, el río Iguazú había sufrido una creciente extraordinaria y llegó a superar los 47.000 metros cúbicos por segundo, causando el desprendimiento de algunos tramos del piso de las pasarelas.