Alizé, una joven de 22 años que milita contra el cambio climático, invadió este viernes la cancha principal de Roland Garros mientras el noruego Casper Ruud y el croata Marin Cilic jugaban la segunda semifinal del torneo masculino.
El partido se vio interrumpido durante 12 minutos luego de que la joven activista se encadenara a la red. El partido estaba 3-6, 6-4, 4-1 y 15 iguales cuando se detuvo la acción, señaló Clarín.
“Nos restan 1028 días”, decía el mensaje que tenía escrito Alizée en una remera blanca antes de quedar atada a la red. Los dos jugadores, por cuestión de seguridad, dejaron la cancha y los empleados de seguridad la lograron correr después de cerciorar que no estaba armada.
La joven pertenece al movimiento Derniere Renovation que milita para prevenir la emergencia climática. “Que el gobierno se comprometa inmediatamente a garantizar la renovación integral y eficaz del parque de viviendas francés de aquí a 2040 y a desarrollar un sistema de financiación simple y progresivo que cubra la totalidad de las obras para los propietarios más modestos”, proclama en su sitio web.
“Estamos en 2022 y es hora de afrontar la realidad, el mundo al que nos envían los políticos es un mundo en el que Roland Garros ya no podrá vivir. Hoy he entrado en el campo porque ya no puedo correr el riesgo de no hacer nada ante la emergencia climática”, dice Alizée en el sitio oficial de la agrupación.
Según el movimiento francés, “1028 días es lo que nos queda para determinar el futuro de la humanidad”. “Menos de tres años”, recalcan, al tiempo que afirman que “la cuenta atrás comenzó el 28 de marzo de 2022, fin del ultimátum enviado por Última Renovación al Gobierno, y fecha en la que los ciudadanos entraron en resistencia civil”.
“Francia ha sido condenada por sus propios tribunales por inacción climática. El futuro de este país está literalmente destruido. Perder el tiempo es perecer”, aseguran. Y citan a Sir David King, ex asesor científico del gobierno del Reino Unido: “Hay que ir muy rápido. Lo que hagamos en los próximos 3 o 4 años, estoy convencido, determinará el futuro de la especie humana”.
El antecedente de Australia
Lo cierto es que el tenis no es ajeno a este tipo de protestas. Ya ocurrió en el anterior Grand Slam, el Abierto de Australia, donde durante la final entre Rafael Nadal y el ruso Daniil Medvedev una espectadora ingresó al court con un cartel que pedía “abolir la detención de refugiados”.
La mujer superó el cordón de vigilancia e irrumpió por el fondo de la cancha, donde restaba el ruso. Sin embargo, fue atrapada pronto por numerosos miembros de la seguridad y el encuentro apenas se interrumpió unos minutos. Llevaba una bandera con una inscripción en la que pedía por los refugiados en Australia. “Abolan la detención de refugiados”, decía el trapo blanco con letras negras.
Los refugiados tomaron visibilidad durante el escándalo previo a la disputa del primer Grand Slam del año que tuvo como protagonista al serbio Novak Djokovic. Antes de ser deportado y mientras litigaba con el gobierno para intentar permanecer en el país oceánico sin estar vacunado, el serbio estuvo detenido en el Park Hotel de Melbourne, el lugar donde están aislados numerosos refugiados que no son reconocidos por Australia.
Un grupo de más de treinta personas se reunió ese domingo por la mañana a las puertas de este centro para mostrar su apoyo una vez más a los refugiados que luchan por conseguir una visa en el país oceánico.