Los padres del niño, Andy y Samie Hardman, expresaron que se comunicaron con la escuela de su hijo antes del dramático episodio. En declaraciones al medio virtual KUTV, revelaron que Drayke regresó a casa con un ojo morado y le había contado a su hermana que un compañero lo golpeó luego de una pelea.
El miércoles 9 de febrero el chico faltó a su entrenamiento de básquet y, por la noche, intentó suicidarse. Su hermana de 16 años lo encontró colgado de la capucha de su sudadera, y lo trasladaron de emergencia a un hospital de la zona, donde falleció al otro día.
El desgarrador mensaje de la madre de Drayke
“¿Cómo un niño de 12 años que fue amado por todos piensa que la vida es tan difícil que necesita alejarse de ella?”, escribió la madre Drayke Hardman en su cuenta de Instagram.
“Mi hijo estaba librando una batalla que ni siquiera yo podía salvar. Es real, es silencioso y no hay nada, absolutamente nada, como madre que pueda hacer para quitar este profundo dolor”, expresó. En ese sentido, añadió: «No hay señales, solo palabras hirientes de otros que finalmente robaron NUESTRO Drayke de este lugar cruel».
En otro tramo de su escrito, expresó: «Este chico conocía el amor, todos los días de su vida, él era nuestro mundo, mi mundo, el mundo de su padre, el mundo de su hermana. Giramos en torno a este chico, conocer a Drayke era amarlo. Mi corazón está destrozado, no sé cómo arreglarlo, o si alguna vez lo haré, pero pasaré cada minuto enseñando bondad en memoria de mi hijo. Abracen a sus bebés, abrácenlos fuerte. Enséñales a vivir y a amar», concluyó.
Andy Hardman, padre de Drayke, hizo uso de la misma red social en la que se cuestionó: «¿Qué haría que un niño de 12 años perdiera tanta esperanza en su corazón que se amarraría la sudadera con capucha alrededor del cuello para quitarse la vida?».
«Una palabra, bullying. Me desperté más enojado que nunca en mi vida. ¿Me culpo a mí mismo? ¿Culpo a mi dulce niño? ¡Culpo al sistema! ¡Culpo al hecho de que estos matones existan! ¿Cómo hay tanto odio en nuestro mundo que permitimos que los niños lastimen a otros?», prosiguió.
«Es simple, lo hacemos el uno al otro y ellos aprenden que está bien alimentar su falta de confianza. Creen que los hace geniales«, remarcó Hardman en el posteo.
En el último párrafo, sentenció: «¿Por qué este chico merecía tratar a mi hijo como si no fuera humano? Qué sucederá con él y sus cobardes amigos basuras convertidos en defensores del odio. ¿Son los padres? No tengo las respuestas, pero sé que ¡esto tiene que parar ahora!».
Dónde pedir ayuda
Asistencia telefónica gratuita a personas en crisis o con riesgo de suicidio: 135 desde Buenos Aires o bien 011-5275- 1135 o 0800-345-1435 desde todo el país, línea a cargo de la organización no gubernamental Centro de Asistencia al Suicida (CAS).