La jornada de homenaje comenzará al mediodía en la zona del santuario que recuerda a las víctimas, situado cerca de donde funcionaba el local bailable de Bartolomé Mitre al 3000, en la zona de Once, donde se harán trabajos de restauración a una serie de murales que fueron declarados de interés por la Legislatura porteña.
Luego, a las 16, en la Plaza de Mayo, habrá una «pincelada» a cargo de artistas y posteriormente la lectura de un documento consensuado entre las organizaciones que agrupan a familiares de víctimas y sobrevivientes.
A las 19, con la consigna «Las zapatillas siguen marchando» arrancará una movilización hacia el santuario, donde a las 20 está prevista la actuación de la agrupación de percusión La Chilinga.
También habrá un acto de homenaje a las 18 en el Obelisco con la actuación de bandas musicales.
El 30 de diciembre de 2004, 194 personas, en su mayoría jóvenes, murieron al quedar atrapadas en el boliche, cuyo gerenciador, Omar Chabán, permitió el ingreso de concurrentes muy por encima de lo habilitado al recital de la banda Callejeros, cuando comenzó un foco de incendio de la mediasombra situada en el techo por el uso de bengalas.
En reiteradas oportunidades, los familiares y sobrevivientes presentaron proyectos de ley en la Legislatura porteña para que el edificio del boliche, que es propiedad de Rafael Levy -el mismo dueño que al momento del incendio-, sea expropiado para «resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria histórica colectiva de la Ciudad».
El objetivo es que el lugar se transforme en un espacio para la memoria en recuerdo de las víctimas, que se sume al santuario ubicado enfrente al edificio que, en la actualidad, sirve de espacio de encuentro y homenaje pero que, al estar al aire libre, sufre periódicamente vandalizaciones.