Finalmente, y por orden judicial, se requisaron sus pertenencias y se encontraron tres lingotes de oro y otras joyas; 11.413 dólares; 19.377 pesos; 292.000 pesos colombianos y monedas antiguas.
Asimismo, según consta en el fallo de 57 páginas del juez en lo Penal y Económico 6 Marcelo Aguinsky, también se encontraron tres anillos, un colgante con soga roja y una pieza, una gargantilla, un collar de eslabones, un brazalete, cuatro pulseras y un par de aros, todo ello de oro, que sumado a los lingotes arrojó un peso total de 2.204 gramos.
También se encontraron un reloj marca Audemars Piguet y otro Rolex.
LA EXPLICACIÓN DE LA ASAFATA
Una vez iniciada la causa, Schulz en un principio se negó a declarar y días más tarde presentó un escrito en donde aseguró que el dinero le pertenecía en su totalidad, como algunas de las monedas encontradas, y aclaró que “otras son colectas que realiza Unicef”.
Respecto de las joyas y el oro, la mujer afirmó que eran de ella y de sus hermanos porque provenían de una herencia familiar, y en la última indagatoria ante el magistrado respondió que no tenía documentación que lo respaldara.
La valuación de las joyas, sumadas a los tres lingotes de oro de 250 gramos cada uno y las láminas de oro de poco más de 170 gramos tiene un valor internacional de US$111.563 dólares, según la tasación realizada por un experto del Banco Ciudad.