El ministro de Salud de Chubut, Fabián Puratich, confirmó este jueves que en el interior de la Provincia ya se logró la inmunidad de rebaño. En este marco destacó el trabajo que se hizo en los pueblos y comunas rurales donde «marcamos la diferencia» respecto «a muchas estrategias que se llevaron adelante en todo el país».
«Nosotros siempre pensamos que todo el interior viene a las grandes ciudades y también satura los hospitales, guardias y terapias intensivas, por eso hicimos una fuerte campaña de vacunación en el área rural», dijo.
En esta misma línea informó que el martes se vacunaron 500 en Paso de Indios, una localidad con 1300 habitantes aproximadamente. Después en Gobernador Costa, José de San Martín, Facundo, Paso del Sapo, Telsen, Gan Gan, Gastre y muchas comunas más, esa inmunidad de rebaño se logró».
En contacto con Radio 3, el ministro señaló que «son lugares olvidados y nosotros decidimos darle prioridad. Esto nos llena de orgullo».
QUÉ ES LA INMUNIDAD DE REBAÑO
El término inmunidad de rebaño se refiere a la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad. La OMS apoya la postura de lograr la inmunidad colectiva mediante la vacunación, no permitiendo que una enfermedad se propague en un grupo demográfico, ya que ello daría como resultado que se presentaran casos y defunciones innecesarios.
La inmunidad colectiva contra la COVID-19 debe lograrse protegiendo a las personas a través de la vacunación, no exponiéndolas al agente patógeno que causa la enfermedad.
Las vacunas enseñan a nuestro sistema inmunitario a crear proteínas, conocidas como «anticuerpos», que combaten la enfermedad igual que cuando estamos expuestos a una enfermedad, pero, y esto es de importancia crucial, las vacunas actúan sin enfermarnos. Las personas vacunadas están protegidas contra la enfermedad y no pueden contagiar el agente patógeno a otros, lo que interrumpe todas las cadenas de transmisión.
El porcentaje de personas que deben ser inmunes para conseguir la inmunidad colectiva varía en cada caso. Por ejemplo, para lograr la inmunidad colectiva contra el sarampión es necesario vacunar aproximadamente al 95 % de una población. El otro 5 % estará protegido porque el sarampión no se propagará entre las personas vacunadas.
En el caso de la poliomielitis, el umbral es aproximadamente del 80 %. Se desconoce la proporción de la población a la que se le debe aplicar la vacuna contra la COVID-19 para comenzar a observar inmunidad colectiva. Determinar esa proporción es un tema de investigación fundamental y es posible que se llegue a distintas conclusiones en función de la comunidad objeto de estudio, la vacuna que se haya utilizado, los grupos demográficos a los que la vacuna se les haya administrado con carácter prioritario y otros factores.
Para lograr inmunidad colectiva contra la COVID-19 de manera segura, una proporción considerable de la población tendría que vacunarse, lo que reduciría la cantidad total de virus que podría propagarse entre toda la población. Una de las razones por las que se opta por la inmunidad colectiva es que esta hace posible mantener seguros y protegidos de la enfermedad a los grupos vulnerables que no pueden vacunarse (por ejemplo, debido a situaciones clínicas como reacciones alérgicas a la vacuna).