El «Messicanazo» de anoche y el golpe que dio hoy Italia en Wembley consagraron a los campeones de América y Europa este fin de semana, y como la falta de calendario a raíz de la pandemia de coronavirus impide organizar la Copa de la Confederaciones en la que participan los titulares de los cinco continentes (se hace en el país sede del mundial, en este caso Qatar), avanza la decisión de esta suerte de final.
La sede del partido sería el Yankee Stadium, de Nueva York, y la fecha probable en diciembre, porque ya habrá terminado en los Estados Unidos la temporada de fútbol americano (va de marzo a octubre), tiene que ver además con que en los tres meses anteriores, septiembre, octubre y noviembre, habrá fechas FIFA de Eliminatorias Sudamericanas.
Y la victoria alcanzada este domingo por Italia reforzó aun más este proyecto, habida cuenta que en Nueva York existe una gran colonia de oriundos de ese país europeo, lo que garantizaría, más allá de la siempre numerosa presencia de argentinos en cualquier parte del mundo donde juegue la selección, cubrir en gran medida el aforo de 50.000 espectadores que posee el estadio donde juegan como locales los Yankees.
Además, los organizadores también analizaron que la presencia de Lionel Messi, que posiblemente esté ante el último Mundial de su carrera en 2022, no solo completaría la taquilla en Nueva York, sino que fundamentalmente redundaría en un magnífico negocio publicitario que obviamente sería comercializado, seguramente con enorme éxito, en todos los rincones del mundo.
Argentina se consagró este sábado en el mítico escenario americano que es el estadio Maracaná ante el local Brasil y hoy la «emuló» Italia al ser campeón en el otro templo del fútbol mundial en Europa, que es el de Wembley, y también ante el dueño de casa, Inglaterra. Ese partido, una final del mundo anticipada, se vende solo.