En 2018, tres años antes del derrumbe del edificio del condominio Champlain Towers en Miami, un consultor halló pruebas alarmantes de “importantes daños estructurales” en la losa de hormigón bajo la cubierta de la piscina y “abundantes” grietas y desmoronamientos en las columnas, vigas y paredes del estacionamiento del establecimiento, según informó The New York Times.
El informe del ingeniero impulsó los planes de un proyecto de reparación multimillonario que iba a iniciarse en breve, pero el edificio sufrió un derrumbe en la madrugada del jueves que se cobró la vida de cuatro personas y dejó más de 150 desaparecidos.
“Estos documentos permitirán a la Junta de Condominio evaluar adecuadamente el estado general del edificio, notificar a los inquilinos cómo pueden verse afectados y proporcionar una infraestructura segura y funcional para el futuro”, agregó en su informe.
El abogado que representa a la asociación de residentes que gestiona el edificio, Kenneth S. Direktor, dijo que las reparaciones se habían fijado para este año.
“Estaban a punto de empezar”, afirmó en una entrevista citada por The York Times, y añadió que el proceso se habría llevado a cabo de forma muy diferente si los propietarios hubieran tenido algún indicio de que la corrosión y el desmoronamiento constituían una amenaza grave.
La comisionada de Surfside, Eliana Salzhauer, expresó su disconformidad porque a su juicio se podría haber evitado el derrumbe tras las advertencias del informe. “Es molesto ver estos documentos porque la junta del condominio se hizo claramente consciente de que había problemas y parece que no se abordaron”, aseguró, según The New York Times.
Los investigadores aún no han identificado la causa del derrumbe y se encuentran a la espera de poder tener acceso completo al lugar donde los equipos de rescate continúan buscando entre los escombros a las personas desaparecidas.
Los expertos señalaron que el proceso de evaluación de las posibles causas que produjeron el colapso podría llevar meses. El mismo incluye una revisión de los componentes individuales del edificio que ahora pueden estar enterrados en los escombros, la realización de pruebas de hormigón para evaluar su integridad y un examen de la tierra que se encuentra debajo para ver si un socavón u otro hundimiento fue el responsable del derrumbe.
El edificio recientemente había comenzado un proceso de recertificación, un requisito para estructuras de 40 años de antigüedad que han soportado huracanes de la costa de Florida, las mareas de tormenta y el aire salino corrosivo que puede penetrar en el hormigón y oxidar las barras de refuerzo y las vigas de acero del interior.