El pasado viernes, la tranquilidad de los vecinos se vio interrumpida por un intento de robo en una vivienda cercana. Gracias a una cámara de seguridad, los delincuentes fueron captados en el momento en que intentaban ingresar al domicilio, pero afortunadamente no lograron su cometido. Sin embargo, este hecho no quedó aislado, ya que al día siguiente, otra casa fue desvalijada mientras sus dueños se encontraban ausentes.
La ola de robos no perdonó a Fernanda Blas, quien al regresar a su hogar luego de una breve salida, se encontró con la desagradable sorpresa de que su casa había sido saqueada. Los delincuentes, tras ingresar a la vivienda, se llevaron varios objetos de valor y causaron destrozos en el dormitorio. Durante su huida, los ladrones agredieron a su perra discapacitada, causándole una herida.
A pesar de la rápida respuesta de la policía, que incluyó rastrillajes y la presencia de personal de criminalística, no se logró dar con los responsables ni recuperar los objetos robados. Sin embargo, gracias a la colaboración de amigos y conocidos, Fernanda pudo identificar algunas de sus pertenencias en redes sociales, lo que le permitió recuperarlas tras una investigación por cuenta propia.
La odisea de Fernanda no terminó ahí, ya que al intentar ampliar la denuncia en la subcomisaría del INTA, fue derivada a la montada, donde no recibió la atención esperada. Tras varias idas y vueltas, finalmente logró que le tomaran la denuncia, pero ya era demasiado tarde: los objetos robados habían sido vendidos.
La situación vivida por Fernanda Blas y sus vecinos de Loma Grande pone de manifiesto un reclamo histórico: la inseguridad en la zona y la necesidad de respuestas por parte de las autoridades. Los vecinos reclaman mayor presencia policial y medidas efectivas para prevenir este tipo de delitos que perturban la tranquilidad de la comunidad.