Es que una vez que el Presidente deje el país, Victoria Villarruel deberá hacerse cargo del Ejecutivo y por lo tanto no podrá votar en caso de un empate en la votación.
En ese caso será el presidente provisional del Senado Bartolomé Abdala, quien llevará adelante la sesión, pero en ese caso el oficialismo perderá un voto ya que sólo lo podrá hacer en caso de un empate. Es que la Constitución Nacional impide que un senador vote dos veces.
A esta polémica se suma la que protagoniza la senadora Lucila Crexell, a la que acusan de haber vendido su voto positivo al Gobierno a cambio de la embajada ante la Unesco en París.
Voto a voto
En vísperas del debate, la rebelión contra el quórum que iniciaron dos senadores de Santa Cruz elevó los niveles de tensión e incertidumbre respecto a la aprobación del mega proyecto enviado por segunda vez al Congreso por el Poder Ejecutivo. Aunque La Libertad Avanza y el macrismo lograron destrabar el inicio de la sesión, aún no tiene asegurados los votos finales.
El poroteo muestra a los 33 senadores de Unión por la Patria votando por la negativa, a los que podrían sumarse los «díscolos» santacruceños. La expresión por el rechazo estaría a tiro de alcanzar los 36 votos que obligarían a un desempate, posibilidad que crece minuto a minuto.
Ante ese escenario, el reglamento de la Cámara alta señala que la definición debería quedar en manos de la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel. El caso más recordado es el de 2008 cuando Julio Cobos fue el encargado de desempatar por la negativa la legislación que promovía las retenciones móviles. Sin embargo, este miércoles el escenario podría ser diferente.
Si el debate por la Ley Bases se extiende lo suficiente, Villarruel podría verse obligada a asumir la presidencia de la Nación antes de la votación en el recinto.
De ocurrir un empate en la votación en ausencia de la vicepresidenta, el reglamento determina que su lugar debe ser ocupado por el Presidente Provisional, cargo que actualmente está asignado a Bartolomé Abdala, senador de La Libertad Avanza.
De acuerdo al artículo 33 del reglamento del Senado, «en los casos en que la Presidencia del cuerpo es ejercida por un senador, corresponde que este vote en las cuestiones sometidas a resolución de la Cámara, ejerciendo, en caso de empate de la votación, el derecho de decidir la misma». Es decir, la Cámara lo habilitaría a votar en dos oportunidades.
Sin embargo, la Constitución Nacional plantea una posición diferente: «El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político que le siga en número de votos. Cada senador tendrá un voto».
La polémica respecto a la interpretación del reglamento y la definición que ofrece la Carta Magna no tardará en surgir en caso de que ocurra un desempate y deba definir el senador Abdala.
La opinión del candidato de Milei a la Corte Suprema
El Gobierno, si bien tiene de dónde justificar su defensa, también tendrá «fuego amigo». Es que el candidato del presidente Milei a juez de la Corte Suprema, Manuel García Mansilla, planteó recientemente la «inconstitucionalidad» de la doble votación por parte de un legislador de la Cámara alta.
En un hilo de «X», el abogado Sebastián Guidi recuperó un texto de García Mansilla publicado en el portal EnDisidencia.com en el que el jurista, para argumentar la «inconstitucionalidad del voto múltiple del presidente provisorio del senado», menciona que el artículo 54 en su última oración dice «Cada senador tendrá un voto».
«Otorgar al presidente provisorio del Senado un voto de desempate, además del voto que emite en su calidad de senador, viola claramente esa norma constitucional. Un voto es un voto, no dos. No hay otra forma de leer el texto constitucional. No estamos en presencia de lo que se suele denominar como un «caso difícil». Al contrario, estamos frente a un caso más que sencillo. La posibilidad de emitir dos votos no puede inferirse de ninguna norma constitucional, mucho menos cuando contradice directamente lo que dispone una de ellas», sentencia el candidato a la Corte.
Sin la certeza de la aprobación, el Gobierno suma una nueva piedra en su camino debido al viaje del mandatario al exterior. Su salida podría desencadenar una serie de sucesos desafortunados para el oficialismo. El futuro de la ley pende de un hilo, otra vez.