Rodrigo Colihuinca, un adolescente de 17 años, fue encontrado mutilado y decapitado en un descampado en Trelew, Chubut, el 16 de marzo de 2012. Este asesinato, uno de los más espeluznantes de la provincia, permaneció sin resolver durante más de una década. Sin embargo, en un giro inesperado, un hombre de 29 años se presentó en una comisaría de Trelew confesando ser el asesino de Rodrigo.
El 15 de marzo de 2012, Rodrigo salió de su casa alrededor de las 15 horas para hacer un trabajo práctico en la escuela. Su padre fue el último en verlo con vida. Al no regresar esa noche, su familia denunció su desaparición. Al día siguiente, su cuerpo decapitado y mutilado fue hallado en un baldío en el barrio Malvinas. La escena era tan macabra que conmocionó a toda la comunidad. Su padre identificó las prendas de vestir encontradas en los restos como las de su hijo.
Las investigaciones iniciales y las marchas comunitarias no lograron identificar al asesino. Durante 12 años, la familia y la comunidad vivieron con la incertidumbre y el dolor de no saber quién había cometido tal atrocidad ni los motivos detrás del crimen.
El 28 de mayo, en un sorprendente desarrollo, un hombre de 29 años se presentó voluntariamente en la comisaría de Trelew y se autoincriminó, afirmando ser el autor del asesinato de Rodrigo Colihuinca. Gabriel Araujo, jefe de la Unidad Regional Trelew, confirmó que el hombre llegó a la comisaría cerca de las 15:40 horas y confesó su crimen.
«A la persona se le están haciendo exámenes psiquiátricos y en las próximas horas se llevarán a cabo diligencias para comprobar la veracidad de su confesión», declaró el comisario Araujo.
Este sorprendente giro brinda una posible resolución a uno de los casos más perturbadores de Chubut, aunque aún queda por confirmar la autenticidad de la confesión y entender los motivos detrás del crimen.