La semana pasada, AstraZeneca admitió ante los tribunales británicos que su vacuna contra el Covid-19 puede provocar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (SST) en casos extremadamente raros, según publicó el diario The Telegraph.
La filial española de AstraZeneca emitió un comunicado en el que informan que “solo en el primer año de uso se salvaron más de 6,5 millones de vidas y se suministraron más de 3.000 millones de dosis en todo el mundo”.
Sin embargo, lejos de adjudicar la decisión de la Comisión Europea a las demandas judiciales, indicaron que el retiro del mercado se debe a “una disminución en la demanda de Vaxzervria, que ya no se fabrica ni suministra” debido a «un excedente de vacunas disponibles” para combatir las variantes del Covid-19.
AstraZeneca admite los efectos secundarios de su vacuna contra el Covid-19
Representantes de la farmacéutica AstraZeneca confirmaron el lunes pasado que su vacuna contra el coronavirus tiene efectos colaterales graves, como por ejemplo la formación de coágulos en la sangre. Tras fabricar, vender y distribuir millones de dosis en todo el mundo, el laboratorio hizo la revelación en el marco de un juicio en el Reino Unido.
La compañía confirmó en documentos oficiales presentados en febrero de 2024 que su vacuna contra el Covid-19 puede generar un tipo muy raro de coágulos en la sangre, llamado síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT), informó el sitio británico Daily Mail.
El equipo legal de AstraZeneca aclaró que la vacuna contra el coronavirus que fue ampliamente aplicada en todo el mundo durante la pandemia «rara vez» provoca el STT, que es el cuadro en el que se forman coágulos en la sangre del paciente y eso se suma a un número bajo de plaquetas. Hasta la fecha este efecto colateral había sido listado como «trombocitopenia inmunitaria (ITP)».
Argentina compró 22 millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19 fabricada por AstraZeneca con la fórmula desarrollada por la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido.
En la actualidad hay 51 demandas contra el laboratorio, y si todas prosperan entonces el Gobierno del Reino Unido podría tener que pagar alrededor de 255 millones de libras (unos U$S 320 millones) en indemnizaciones, dado que ese fue el acuerdo cerrado de 2020 para la campaña masiva que buscaba la inmunidad de rebaño.
Uno de los damnificados por el extraño y «muy poco habitual» efecto colateral de la vacuna de AstraZeneca fue Jamie Scott, un ingeniero en sistemas que sufrió una lesión cerebral por un coágulo en la cabeza que luego provocó un derrame, todo producto de la dosis que recibió en abril de 2021.
La esposa de Scott, Kate Scott, señaló esta semana que tiene la esperanza de que «la admisión» de la compañía destrabe el juicio por el que podrían indemnizar a su marido -que nunca más pudo volver a trabajar– con alrededor de 20 millones de libras (unos U$D 25 millones).
Desde AstraZeneca insistieron en que cualquiera que se dé una vacuna puede sufrir este tipo poco habitual de coágulos y que su vacuna contra el Covid-19 no es un «producto defectuoso».
Los abogados que representan a las víctimas -o a sus familias, en los casos fatales- sostienen que el producto era «defectuoso» y que «no era lo suficientemente seguro«.
Sin embargo, los primeros casos de personas que se dieron la vacuna y desarrollaron coágulos fueron registrados en marzo de 2021, a dos meses de iniciada la primera ola de las campañas masivas para la inmunización.
En abril de 2021 el Gobierno del Reino Unido cambió los requisitos para la vacuna con 30 años como edad mínima para recibirla. En mayo se subió ese umbral a 40 y se siguió usando en residentes con factores de riesgo.