Un hombre fue detenido esta madrugada como presunto autor del crimen de su novia. El hecho ocurrió en el Barrio Alborada de Trevelin. La fiscal Rafaella Riccono, junto a la funcionaria de turno y una psicóloga del SAVD, se hicieron presentes en el lugar para dirigir las primeras medidas de investigación. El imputado será llevado a audiencia de control de la detención y formalización de la investigación, dentro del plazo de 48 hs.
La rápida intervención policial fue posible por el llamado de los vecinos que en cuanto escucharon los gritos de la joven dieron aviso a la policía. El patrullero dio alcance al presunto homicida cuando este transitaba desde el lugar del hecho hacia su casa.
La Fiscalía dispuso medidas y requirió las autorizaciones judiciales de allanamiento y requisa personal. Se realizó dosaje sanguíneo del imputado y tomaron las primeras entrevistas a testigos.
Con los elementos reunidos se formalizará la investigación y se realizará el pedido de la medida de coerción que se evalúe necesaria para garantizar la investigación y la presencia del imputado en juicio.
La violencia como mímesis
Los estudios relativos al impacto de la información mediática de la violencia de género, llegaron a conclusiones que ponen el alerta a la hora de informar sobre estos casos para no convertirse en un eslabón de la cadena de la violencia.
“El contagio es automático, como un virus. Pero en el caso de la violencia hay un período de elección: voy a hacer esto. Por lo tanto, en el caso de la violencia, no es exactamente epidèmico, pero si mimético”, Rita Segato en una entrevista para Telam.
Los medios tienen que saber que producen ese efecto de contagio porque el violador, el femicida es un monstruo, está monstruoficado por la noticia, demonizado, pero es un monstruo potente y a lo que aspiran los hombres es a la potencia, no importa que sea demonizado, monstruoficado, pero si es potente vale, les vale. No a todos, pero sí a muchos. Entonces se produce esa imitación que es lo que reproduce esa violencia. Se piensa que con una sentencia de un juez ponemos a un femicida detrás de las rejas y nuestro país se va a ver libre de feminicidios. La sentencia es importantísima por su efecto pedagógico, porque enseña y dice que esto no se puede, no se debe hacer. Pero no por su aspecto prisional en la misma medida, porque va a aparecer otro que va a cometer el mismo crimen. Un crimen que emerge de la sociedad, se derrama, se deriva de problemas que son sociales, que están en toda la sociedad.