El defensor particular, Daniel Fuentes, había solicitado el arresto domiciliario de Nahuel Silveira, mientras el representante de fiscalía, Facundo Oribones, se opuso. En abril, en esta misma causa se condenó a Daniel Millapi a 4 años y 3 meses de prisión de cumplimiento efectivo. La audiencia fue presidida por el juez Martín Cosmaro.
En primer término, el defensor solicitó nuevamente el arresto domiciliario de su asistido, con tobillera electrónica y una fianza. Dijo que debía cuidar a sus hijos menores para que su esposa pudiera salir a trabajar y así sostener económicamente a sus hijos. El abogado citó tratados internacionales que mencionan la no trascendencia de la pena a terceras personas.
Por su parte el representante de fiscalía se opuso a la modificación de la medida de coerción que pesa sobre el imputado, recordando que se desechó el arresto domiciliario por el comportamiento que tuvo Silveira en anteriores procesos, más allá de que en esta causa se mantuvo prófugo 16 meses.
Dijo Oribones que no están dadas las condiciones para morigerar la prisión preventiva y que ello constituye un indicio claro del peligro de fuga existente, solicitando se mantenga la prisión preventiva del imputado hasta la realización del juicio.
Finalmente, el juez penal resolvió mantener la prisión preventiva de Silveira hasta la finalización del debate, resaltando que si hay una situación económica delicada en la familia, no se entiende por qué se ofrece una fianza económica. Asimismo, el juez evaluó que los 16 meses prófugo configuran peligro de fuga.
EL HECHO
El hecho incluido en la acusación tuvo lugar el 9 de enero de 2022, a las 9:40 horas aproximadamente, en circunstancias en las que la víctima junto a su pareja y su hijo de un año y medio, su suegra y dos personas más, se encontraban durmiendo en su domicilio sito en calle Malvinas Norte al 1.100, del barrio Las Flores.
Daniel Alberto Millapi y Nahuel Maximiliano Silveira se hicieron presentes en el lugar, golpearon e intentaron ingresar aduciendo ser personal policial que debía realizar una diligencia de allanamiento en el lugar. Fueron atendidos por la suegra de la víctima, quien les dijo que no se trataba del domicilio que buscaban.
Se retiraron, pero instantes después regresó Millapi, insistió y cuando nuevamente la suegra de la víctima intentó cerrar la puerta ingresó por la fuerza.
Una vez en el interior, Millapi extrajo un arma de fuego y comenzó a forcejear con las víctimas solicitando dinero. En ese momento la víctima, quien era agente policial, sacó a su pareja y a su hijo menor de edad de la casa por la ventana y luego irrumpió con su arma reglamentaria tipo pistola 9mm, marca Taurus, enfrentando a los delincuentes.
Millapi le apuntó con el arma de fuego cuando la víctima se encontraba con su hijo en brazos. Luego de un forcejeo, lograron sustraerle el arma reglamentaria, para luego darse a la fuga en dirección a calle Los Aromos y ascender a un rodado de color blanco marca Chevrolet, que se encontraba estacionado en el Pasaje Santa María y Los Aromos.