Hay preocupación, pero no hay respuestas. La obra del Corredor Bioceánico se encuentra paralizada y no tiene fecha de reanudación. Ni siquiera se sabe cuándo finalizará la pavimentación de los 23 kilómetros del primero de los tres tramos en el que fue dividido el proyecto sobre la Ruta 260.
Las autoridades del sur de Chubut están preocupadas por la incertidumbre que genera la falta de decisión sobre los trabajos. El objetivo es que la obra sea incluida en el Presupuesto Nacional 2024.
SIN RESPUESTAS
En diálogo con El Patagónico, la presidenta de Comuna Rural de Lago Blanco, Micaela Bilbao, explicó que el viernes finalmente pudo comunicarse con el jefe del Distrito Chubut de Vialidad Nacional, Julio Otero, después de varios intentos. Es que nadie se encargó de comunicar que los trabajos estaban parados desde la veda invernal.
“Otero me dijo que estaban viendo si podían hacer que una parte de la obra arranque en octubre, pero todavía no tenía nada concreto”, subrayó.
Hasta el momento solo se realizaron movimientos de suelo y se pusieron algunas alcantarillas sobre la Ruta 260. “Creo que no llega al 50% de los primeros 23 kilómetros; y de los otros dos tramos no se sabe nada”, aseveró.
El parate de los trabajos llevó a que la jefa comunal de Lago Blanco intentara comunicarse con los funcionarios de la administración de Mariano Arcioni, pero no obtuvo resultados. “Supuestamente hace unos meses estaban luchando para que el próximo tramo, que sería el que va para la frontera, sea incluido en el Presupuesto Nacional, pero no tuvimos novedades de nada”, subrayó.
Tampoco tuvo diálogo con el gobernador electo, Ignacio Torres, pero el todavía senador nacional les comunicó que la finalización del Corredor Bioceánico será una prioridad. “El nos hizo llegar al pueblo que quiere que se termine este tramo y salgan los otros dos”, consideró.
CUMBRE REGIONAL
La cantidad de indefiniciones genera que las autoridades de la región planeen reunirse en el corto plazo para exigir medidas concretas por parte del Estado. “La idea es reunirnos entre todos tal cual como se hizo con este tramo, donde nos unimos todos los dirigentes de la zona con las municipalidades de Sarmiento y Comodoro. La idea es luchar por los otros dos tramos porque creo que es en vano que se terminen estos 23 kilómetros y no se haga nada más. Corremos el riesgo de que se deteriore lo que ya se hizo”, aseguró Bilbao.
“La mayor cantidad de tránsito que tenemos en el pueblo son camiones de carga y es sumamente necesaria esta obra. A nosotros, como pueblo, nos beneficiaría un montón y nos permitiría seguir creciendo como comunidad”, destacó.
“NOS CAMBIARIA LA VIDA”
En Lago Blanco esperan que el Corredor Bioceánico sea una realidad. El proyecto podría cambiar rotundamente el día a día de la región. “Nosotros tenemos tránsito todo el año, pero en el verano se incrementa. En esta época y hasta finales de febrero tenemos mucho tráfico desde el extranjero y ahora que el tipo de cambio beneficia a los ciudadanos chilenos aumenta mucho”, describió la jefa comunal de Lago Blanco.
“Por suerte, ahora los caminos están en buen estado, pero en junio y julio la ruta estaba en un estado pésimo. Hay gente que por ahí está en Balmaceda y no quiere venir al pueblo porque el camino está en mal estado”, agregó.
El asfalto podría significar la llegada de otros servicios, como el gas o el servicio de telefonía celular. “Esta obra nos hace pensar que nos vamos a expandir, que vamos a crecer y que vamos a tener más concurrencia de turistas o de paso para la frontera teniendo la poca distancia que tenemos con Chile”, consideró.
ATENCION DE LA SALUD
Otro impacto positivo que podría tener la obra se daría en materia de salud. Los vecinos de Lago Blanco solo cuentan con una sala de primeros auxilios con una enfermera por lo que si pasa algo grave deben dirigirse hasta Río Mayo.
“Son 120 kilómetros de los cuales 70 son de ripio. El asfalto sería sumamente beneficioso para nosotros porque agilizaría el viaje y quizás se podrían revertir algunas situaciones como que hay vendedores que no quieren venir porque el camino no está en condiciones”, destacó.
“A nosotros en el pueblo nos beneficiaría un montón. El ripio es un inconveniente en muchos sentidos. Hay épocas en la que se demora hasta dos horas en llegar a Río Mayo. Esta obra nos cambiaría la vida”, sentenció Bilbao.
El Patagónico