Los hechos denunciados ocurrieron durante 2021, cuando estaba finalizando la cursada del primer cuatrimestre en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, sede Esquel. La acusación sostiene que el imputado intentó mantener trato sexual con una alumna de primer año, quien a esa fecha tenía 18 años de edad. Para ello, se aprovechó de la relación de poder existente como profesor y como vicedecano, ejerciendo un abuso coactivo.
¿En qué consistió esa conducta?
De acuerdo a lo reunido por los investigadores, consistió en acercamientos vía la red social Instragram, en la cual le respondía las historias con emoticones de corazones y de “100”, y también mediante mensajes de texto vía whatsapp en los cuales le manifestaba que había soñado con ella, si quería viajar con él, entre otras frases. También la invitó en una oportunidad a una fiesta de ingresantes, donde le dijo que iban a ser pocos, que no lo comentara. En otra oportunidad la invitó a salir, propuesta que fue rechazada por la víctima que se encontraba en Trelew, el acusado le insistía diciendo que en unos días él viajaría a Trelew, ella no contestó. El escrito fiscal da cuenta de otra ocasión en la que le propuso salir a un bar de Esquel, que como ella vive en Trevelin, le alquilaba un departamento para que se quedara allí y no tuviera que volver.
Las propuestas fueron valoradas por la Fiscalía como de claro contenido sexual, las que afectaron el área de privacidad y de la libre determinación sexual de la joven, intimidándola. El acto no se concretó por razones ajenas a la voluntad del acusado. La víctima, pese a su miedo e incertidumbre sobre como continuaría su vida académica luego de eso, no accedió a las propuestas, pidió ayuda a una profesora y envió un correo electrónico a la universidad contando tal situación, pero no recibió respuesta alguna.
Asimetría
La acusación pública sostiene que el contexto era claramente asimétrico por el lugar de poder ocupado por el imputado, la diferencia de edad, y su condición de varón, de lo cual se aprovechó para tomar ventaja en este acercamiento de contenido sexual, coaccionando e intimidando a la víctima.
Bagnato señala que este tipo de situaciones se venían dando desde varios años antes, en las que el acusado, con la misma metodología del abuso coactivo de la relación de poder, realizaba actos tendientes a mantener trato sexual con distintas alumnas, más ello era ocultado por quienes formaban parte de la comunidad de la facultad, debido al poder que el ejercía y a su condición de varón, existiendo un claro pacto patriarcal para protegerlo, del que formaban parte no sólo hombres, sino también mujeres, dejando desprotegidas a las víctimas.