En un alarmante episodio que ha colapsado el tráfico y ha puesto de manifiesto casi tres décadas de negligencia frente a las advertencias de la naturaleza, un nuevo desplazamiento de la ruta nacional Nº3 ha dejado bloqueado el paso de vehículos en la altura de Comodoro Rivadavia. La situación actual, con reminiscencias de lo ocurrido en 1995, divide una vez más la ciudad y, en un sentido más amplio, al país, separando las diversas localidades que siguen el curso de la ruta costera.
El reciente embate de las marejadas ha socavado los cimientos de la carretera, la cual se extiende entre el cerro Chenque, un emblemático hito que define la identidad de la ciudad, y el mar. El surgimiento de nuevas grietas en el pavimento en las últimas 72 horas ha encendido la alarma, previendo ahora un inminente colapso total del camino.
Julio Otero, jefe del Distrito Chubut de la Dirección de Vialidad Nacional, ha señalado que «el cuadro de situación no ha cambiado, por el contrario, se ha ido profundizando. Todas las grietas detectadas comenzaron a estar más marcadas. Este proceso siguió durante la noche y hoy por la mañana». Agregó que «la condición es tan precaria e inestable que en cualquier momento todo esto se desmorona. El colapso ya está iniciado, falta ver únicamente cuándo todo esto se caiga».
Este tramo de la ruta 3 afectado es transitado diariamente por aproximadamente 1440 camiones y 54,000 vehículos. Otero advierte que las condiciones climáticas, con una marejada pronosticada para el miércoles, podrían acelerar aún más el proceso.
Esto ya pasó antes
La historia se remonta a 1995 cuando una grieta de más de cinco metros sobre la ruta nacional 3 ya había dividido la ciudad en dos. Sin embargo, las soluciones desde entonces han sido solo temporales y provisionales. Un estudio universitario recomendó la construcción de un viaducto para sortear la inestabilidad del tramo en cuestión, pero la falta de apoyo social impidió su implementación.
A pesar de las advertencias, se estima que unos 255,000 metros cúbicos de sedimento se han acumulado en la zona del puerto de Comodoro debido a la erosión marina, que ha afectado severamente los acantilados costeros. Un informe del Departamento de Geología de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco ha documentado el ritmo de la erosión, subrayando la necesidad de medidas como el enrocado y la construcción de muros de protección a lo largo de toda la costa comodorense.
La falta de avance en las obras de protección se ha hecho evidente, especialmente con la repetición del desplazamiento de la ruta en el mismo lugar, alimentado por la erosión costera acelerada por las recientes marejadas. Se teme que un nuevo colapso de gran magnitud, similar al de 1995, esté en el horizonte.
Emergencia
La emergencia de la situación ha llevado a la necesidad de declarar la emergencia en la zona de la ruta nacional Nº3, y los expertos esperan realizar estudios para determinar el alcance de las reparaciones necesarias. Mientras tanto, circular en Comodoro Rivadavia se ha convertido en un desafío y una incertidumbre, ya que la ciudad carece de una ruta de circunvalación para separar el tráfico local del nacional.
Este desastroso episodio subraya la triste historia de negligencia y falta de previsión que ha permitido que esta situación empeore con el tiempo. Mientras la ciudad espera con aprensión la inevitable catástrofe, la pregunta persiste: ¿cuántos más colapsos anunciados serán necesarios antes de que se tomen medidas adecuadas para proteger la vital infraestructura de la región?