La condena, lograda gracias a la labor de la Agencia de Género de la Fiscalía, se originó a partir de un hecho ocurrido en 2011, que la víctima tuvo el valor de denunciar diez años después. Además, este caso ha generado la aparición de más denuncias en contra del profesional a través de plataformas en línea.
El fallo condenatorio llega después de dos semanas de juicio, en el cual el Tribunal, compuesto por las juezas Yamila Flores, Marcela Pérez Bogado y Stella Eizmendi, emitió un veredicto unánime de culpabilidad. La próxima semana se determinará la pena que Gadea deberá cumplir, y la Fiscalía ya ha adelantado su intención de solicitar una pena de prisión de efectivo cumplimiento.
El episodio de abuso tuvo lugar en el consultorio del kinesiólogo, ubicado en la calle Albarracín 335, durante el año 2011. Bajo la apariencia de una sesión de Reiki, Gadea abusó sexualmente de la adolescente introduciendo sus dedos en su vagina. La joven, atemorizada y confundida, decidió no asistir más a las sesiones pero guardó silencio sobre lo ocurrido. Fue solo diez años después, después de la pandemia, que pudo encontrar la fuerza para compartir su experiencia con sus seres queridos y presentar la denuncia correspondiente.
La investigación del caso estuvo a cargo de la fiscal María Eugenia Vottero y Florencia Bianchi, quienes llevaron adelante pericias psicodiagnósticas y la declaración de la víctima en Cámara Gesell. Estas pruebas resultaron determinantes en la acreditación del abuso sexual cometido por el kinesiólogo. En el juicio, Gadea fue hallado penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante, un delito tipificado en el artículo 119 del Código Penal con penas que oscilan entre 4 y 10 años de prisión.
Este caso no solo destaca la importancia de la justicia en casos de abuso sexual, sino también la labor fundamental de la Agencia de Género de la Fiscalía en la protección de las víctimas y la búsqueda de justicia en situaciones de vulnerabilidad.