Un habitante de la calle Urquiza al 1100, que reside en la zona céntrica conocida como el Rincón del Diablo, mantuvo una discusión con un joven durante la madrugada del jueves pasado; exhibió un arma de fuego y le apuntó.
Dos hermanos -vecinos del agresor- intercedieron y quisieron desarmar al sujeto sin lograrlo. Luego, este se calmó y se retiró del lugar. Ese mismo día, la víctima efectuó la denuncia ante la comisaría Primera.
Con los testimonios, la confirmación del domicilio y otras pruebas, la jueza Daniela Arcuri ordenó a las 11 del sábado el procedimiento domiciliario del sospechoso. Pero los uniformados no encontraron arma de fuego ni municiones.
Por otro lado, a los policías les llamó la atención el estado físico en que estaba la perra que tenía el dueño de casa: tan delgada que se le notaban considerablemente las costillas, mientras amamantaba a seis cachorros de unos 25 días.
Ante las presuntas infracciones a la Ley 14.346 sobre maltrato y crueldad animal, se dio intervención a la fiscal de turno, Policía Científica, la división de Investigaciones y el área municipal de Veterinaria. Estos últimos confirmaron que la perra estaba en avanzado estado de desnutrición; deterioro orgánico; debilitamiento físico; deshidratación severa y mucosas pálidas.
Por esa razón, trasladaron a todos los animales al dispensario municipal para su mejor atención.
En tanto, el hombre identificado por la policía con las iniciales de N.G.A. sumó otras imputaciones además del delito de amenazas con arma de fuego. Ahora deberá responder también con la causa que se relaciona con el maltrato animal.
