Durante la inspección del auto, el personal de Aduanas detectó que presentaba reparaciones recientes y que el sector del baúl no coincidía con el modelo original, por lo que decidieron someterlo a rayos X. Allí el escáner mostró un doble fondo ubicado en la parte trasera y disimulado con el paragolpes.
También se detectaron formas extrañas en los paneles laterales del Ford Ka, lo que indicó a los agentes que el hombre llevaba mercaderías sin declarar. Cuando el Juzgado Federal de Posadas autorizó el desarmado del vehículo, descubrieron que se trataba de 12 armas de guerra de origen turco.
El arsenal incluía siete fusiles semiautomáticos calibre 12 mm, marca DERYA VR90; un fusil semiautomático calibre 223 mm, y cuatro pistolas automáticas calibre 9 mm. El valor total supera los $10 millones, aunque esta cifra puede crecer considerablemente en el mercado negro.
El conductor del auto quedó detenido e incomunicado por contrabando de armas y podría enfrentar una pena de 4 a 12 años de prisión. A partir de sus dichos, se cree que las armas ingresaron a la Argentina en tránsito y que tenían Brasil como destino final, una ruta utilizada por los delincuentes.