Incluso algunas compañías pretenden ajustar hasta 8% de una sola vez, el doble del 4% previsto incialmente para mitad de junio y acordado con el Gobierno nacional en el marco de Precios Justos hasta el 15 de agosto próximo. En el interior del país algunas marcas ya aplicaron un primer aumento y seguramente lo complementarán para llegar a un 7% u 8% final.
En el Gobierno reniegan de los puntos extra de aumento, pero no frenarían la medida ni darían por caído el pacto vigente. Admiten que el ultracepo sectorial que les aplicó el Banco Central a las petroleras para accedeer dólares oficiales para importar combustibles premium desbalanceó el acuerdo de Precios Justos.
Ese trato busca que las compañías salgan a conseguir los dólares para comprar los combustibles mediante un crédito a bancos locales. A cambio, el Banco Central otorga una letra que será ajustada a dólar linked. Funcionarios reconocen que el costo de esta medida para las empresas es importante: la Argentina importa por mes entre 5 y 6 cargamentos de naftas y gasoil, que a los precios vigentes tienen un costo estimado cercano a los u$s270 millones.
Sin embargo, también consideran que aquellas petroleras que consiguieron su financiamiento por 90 días tienen una merceida luz verde. Después de todo, dicen en despachos oficiales, el impacto de 3% extra en la suba mensual no modificará el escenario inflacionario general.