Por primera vez en lo que va de su corto ciclo, Martín Demichelis tendrá que hacer tres cambios obligados de un partido a otro. Y más allá de que, en principio, no serían los únicos para el partido contra Atlético en Tucumán del viernes a las 21.30, lo cierto es que desde este miércoles el DT ya piensa en cómo suplantar a las bajas que se confirmaron el domingo: por un lado, Enzo Díaz y Enzo Pérez llegaron a la quinta amarilla, aunque el trasfondo de eso es que ya quedaron limpios para el superclásico de la fecha que viene; por el otro, Paulo Díaz sufrió una distensión en el bíceps femoral izquierdo y su vuelta aún es incierta.
Tres bajas que impactan de manera diferente en el equipo, si bien son jugadores que vienen mostrando un nivel muy alto en lo que va del semestre. En referencia al lateral -quien buscó la amarilla-, Micho pierde a una clave en su idea de ensanchar el campo, que le viene ofreciendo un amplio repertorio de alternativas por izquierda, con muchas llegadas y asistencias. En su lugar, la opción que tiene casi todos los boletos es la de incluir a Andrés Herrera por derecha y correr a Milton Casco a la banda opuesta, en la que jugó la mayor parte de su carrera.
La del otro Enzo, el más grande, es la más sensible, pero el hecho de ya tenerlo confirmado para el encuentro ante Boca representa un bálsamo para el cuerpo técnico y la gran mayoría de los hinchas. Sin reemplazante natural ante las lesiones de Bruno Zuculini y Matías Kranevitter, es probable que su lugar sea ocupado por Agustín Palavecino, más allá de que las características no son las mismas: más arropado por un mediocampo que viene funcionando casi a la perfección, el capitán es el termómetro de River y aporta su toque distintivo en cada jugada, además de una gran solidez en los quites. Un descanso obligado que, a su vez, le vendrá bien: con 1.234′, es el segundo jugador de campo con más tiempo en cancha, por detrás de Nacho Fernández.