La dinastía del Movimiento Popular Neuquino (MPN) llegó a su fin tras más de seis décadas en el poder. El “partido que nunca pierde” un día perdió y dejará la gobernación este año, tras caer derrotado en los comicios en los que ganó un exhombre de la casa, Rolando Figueroa con el 35,6% de los votos. El diputado nacional tras irse del partido logró crear un espacio transversal, Comunidad, con peronistas, radicales, dirigentes desencantados del MPN y apoyo del PRO de Mauricio Macri.
Figueroa, con Gloria Ruiz como compañera de fórmula, armó una estrategia electoral de polarización para romper al MPN, en una votación seguida por atención en todo el país por la importancia de Vaca Muerta. “Tengo la ventaja de que los conozco desde adentro”, explicaba el actual diputado nacional a Ámbito en la previa de los comicios. Y se mostraba entusiasmado pese a que en el MPN mostraban una dispersión opositora que le daba la victoria al actual vice Marcos Koopmann, quien finalmente cayó con un 32,81%.
Así, se abre una nueva etapa en la provincia, con la caída de imperio que comenzó a gobernar en 1962, y que llegó degastado a las elecciones provinciales con la última la gestión de Omar Gutiérrez.
Un desgaste político que no fue de la mano con el esplendor económico de los recursos de Vaca Muerta, que de todos modos no los percibe el neuquino de a pie. Ahora, tras patear el tablero, Figueroa deberá barajar el maso que estuvo concentrado en manos de pocos: principalmente de Jorge Sapag, armador del MPN que desairó a Figueroa para propiciar la ruptura y el quiebre en la historia neuquina. ¿Nace otro provincialismo o se reciclará el MPN? Esa es la cuestión.
Salida
La búsqueda de una candidatura por fuera se cimentó en el enojo de Figueroa contra Jorge Sapag y Omar Gutiérrez, de quien fuera vice en su primera gestión. La denominada lista Azul del MPN que bendijo a Koopmann y no a él, cuando propios y extraños veían en Figueroa al candidato natural, en especial tras su victoria en las PASO 2021. Por recorrido y grado de conocimiento.
Para terminar el cerrojo, Sapag selló un acuerdo con el sindicato de petroleros y obligó a Figueroa a eludir una interna contra todo el aparato partidario. Así, comenzó el peregrinaje en búsqueda de socios, y ese sondeo propició rupturas en otros espacios: atrajo a peronistas que abandonaron el Frente de Todos, al PRO y a radicales que dejaron Juntos por el Cambio. Ambos espacios se mantuvieron, pero con una diáspora de cuadros. También se llevó a dirigentes MPN que despotricaban, como él, contra el verticalismo de Sapag.
El segundo paso fue polarizar la elección, una búsqueda que llevó hasta el minuto final de la votación. Sabía Figueroa que si el FdT de Ramón Rioseco se acercaba a sus registros históricos y el radical Pablo Cervi con Juntos por el Cambio lograba un buen caudal, sus chances se diluían. Por eso, apuntó contra los otros opositores, a quienes acusó de complicidad con el MPN. Instaló un mano a mano contra Koopmann que resultó exitoso. Y también derribó el mito de que el auge libertario había llegado a Neuquén con el candidato Carlos Eguía. Finalmente, entre los tres espacios sacaron un 24,7%: el FdT 12,74% Avanza Libertad 8,14% y JxC 3,83%
Asimismo, en el plano territorial, llevó como vice a Ruiz, intendenta de Plottier, para ganar volumen en la zona de Confluencia, que integran la capital y departamentos aledaños, el 50% del padrón. En el sur sacó buenos resultados en San Martín de los Andes por la buena imagen del PRO. Mientras que como dirigente del norte (fue intendente de Chos Malal), se descontaba una buena elección en esa zona de la provincia.
También supo mantener a un costado a Macri, quien brindó un apoyo implícito. Es que durante su gestión como vice de Gutiérrez, Figueroa lanzaba misiles contra el entonces presidente. Luego, se estrecharon la mano para estas elecciones. Rarezas de la política. Macri y Horacio Rodríguez Larreta se subieron a la victoria de Figueroa con felicitaciones en las redes sociales, a pesar del magro resultado de la marca Juntos por el Cambio. Espejo de los conflictos al interior de la alianza.
El sistema de votación fue por primera vez el de boleta única electrónica en toda la provincia. Ya se había utilizado en elecciones anteriores, pero en algunos departamentos. Si bien existía la opción “lista completa”, el arrastre de categorías se vio limitado y el MPN no pudo hacer valer su tracción territorial. Por caso, en la capital Mariano Gaido del MPN retuvo la intendencia por amplio margen; sin embargo no decantaron votos para la categoría a gobernador. Ninguno de los candidatos se quejó del sistema, que favoreció a Figueroa en su estrategia por provincializar la votación y desligarla de las intendencias que también estaban en juego. Votaron en total un 76% de los 546.166 electores habilitados.
Atención
Aunque el peso del padrón neuquino está en el orden del 1,5% del nacional, los comicios eran seguidos con atención en todo el país, no tanto por una nacionalización de los resultados con vistas a octubre, sino por el peso de Vaca Muerta, clave para una salida a la crisis económica por la llegada de inversiones y por los récords de producción que se transforman en divisas, ya sea por exportaciones o sustitución de importaciones. Figueroa también se montó sobre el clima de negocios y los acuerdos con empresas internacionales, como un garante de esa continuidad en el caso de un destierro del MPN. El mundo empresario será el próximo público a seducir, incluso desde mañana mismo.
Por otra parte, Figueroa tendrá el desafío de gobernar con una alianza heterogénea y una legislatura atomizada (se eligieron también 35 diputados). A la dispersión de los derrotados se suman sus propias colectoras, en total llevó nueve, con las que deberá negociar en gestión. Su lista propia Comunidad aportó 8%, los otros 27 puntos son de aliados. La colectora PRO fue la mayoritaria, con 4,3%.
También queda la incógnita sobre si podrá integrar a dirigentes del MPN que se mantuvieron atados al sello en la campaña pero que estarían dispuestos a migrar o si los dejará en el llano. Figueroa tiene una extensa trayectoria en el partido y sigue siendo visto como un dirigente del riñón. “Es mentira que en Neuquén no había alternancia; sucede que la alternancia se daba entre las distintas fracciones del MPN, y eso es lo que quiso cortar Sapag”, expresaba el electo gobernador a este medio. Deberá resolver cómo se relacionará con el partido donde se formó como dirigente. El ataque en campaña a las “familias del poder” será quizás un escollo para un abrazo con Sapag, aunque en política nada es definitivo.
También deberá encarar soluciones al crecimiento poblacional de la provincia, fenomenal debido a Vaca Muerte, que requiere estar a la altura con servicios. Él mismo atacaba en campaña que Añelo, localidad que es cabeza de la formación estrella de no convencional, no cuenta con redes de gas. Lo mismo respecto a la situación económica: el oasis petrolero no termina de derramar y eso explica acaso la derrota del MPN.
Asimismo, deberá hacer equilibrio ante el incierto panorama nacional. A las habituales necesidades de un provincialismo de llevarse bien con la Casa Rosada, se suma el acompañamiento que necesita para que Vaca Muerta termine de explotar. Gasoductos, oleductos, rutas, certezas económicas, son las demandas que tendrá que llevar a la Casa Rosada cuando se despeje el horizonte.
Ambito