La dolencia de Teruel había empezado en agosto del año pasado y su abogado, Juan Casabella Dávalos, explicó en declaraciones a la prensa que su cliente había sido tratado en la cárcel por una infección que le impedía apoyar el pie en el suelo.
En aquél momento, cuando Teruel permanecía internado en una clínica tras ser intervenido quirúrgicamente, el letrado pidió que se evalúe la situación y los médicos concluyeron que «era preferible que se quede en la clínica hasta que se cierre la herida y evitar que vuelva a contagiarse del germen».
De esa manera, una vez recuperado de la dolencia, la Justicia dispuso su vuelta a prisión.
Teruel fue condenado a 12 años de prisión por el delito de abuso sexual agravado en perjuicio de dos víctimas, una menor de edad y otra de 19 años.