Marilú Garcés, presidente de la institución, contó que se acercaron a la casa y escucharon llorar a los perros, además de haber sentido el olor. Esperaron a que la Policía y autoridades de Ambiente llegaran para poder ingresar, pero no fue posible porque la orden judicial aún no estaba. Buscaron a la señora, que tenía las llaves de la casa, y una vez localizada le pidieron autorización y les permitió el ingreso.
Al abrir la puerta vieron una escena nauseabunda. «Eran toneladas de materia fecal lo que había. Caminabas y llegaba hasta los tobillos, era un espanto, sumado al olor de los perros muertos», detalló Garcés. Le preguntaron a la mujer si podían llevarse los animales, y dijo que si. «Eran alrededor de 14 perros y aún nos quedan los gatos, que están en una pieza y la puerta trancada», mencionó la proteccionista.
Faltaba la autorización judicial para poder ingresar y fundamentalmente limpiar el lugar. Había que revisar esa habitación que estaba trancada, pero debieron abandonar el lugar hasta que legalmente pudieran accionar.
Luego del rescate y con la orden de la fiscalía en la mano, la policía regresó y comenzaron a realizar el allanamiento. Se encontraron con un escenario peor al que habían visto al momento del rescate de los animales.
En una vieja heladera, la mujer había guardado varios animales desmembrados. En la habitación trancada y totalmente a oscuras, había cinco gatos sin ningún tipo de cuidados y un perro, próximos a ser sacrificados.
Los pedazos de los animales descuartizados habían sufrido el sacrificó de su dueña quien aseguraba que era para «absorber su energía y no envejecer».
El cuerpo de inspectores y médicos veterinarios del Programa Acompáñame, perteneciente a la Secretaría de Ambiente, junto a la Policía Ecológica y efectivos de la Comisaría 5ta, se hicieron presentes en la vivienda y lograron rescatar a los animales que quedaban, mientras que el municipio de Santa Lucía, se dedicó a limpiar la casa.
Los animales se encuentran en mal estado, ya están siendo asistidos por médicos y quedaron al cuidado de la ONG «Patitas Sin Hogar». Sobre la situación de la mujer, no trascendió ninguna información judicial.