Un buque antártico británico que zarpó desde las Islas Malvinas y navegó por aguas jurisdiccionales argentinas rumbo al puerto chileno de Punta Arenas. Este hecho provocó una alerta en las autoridades navales, que activó los mecanismos correspondientes para la aplicación del Decreto 256/2010 que establece la necesidad de contar con autorización nacional para atravesar el mar argentino en dirección a puertos ubicados en el archipiélago en disputa.
Frente al hecho, según informaron desde el organismo que encabeza Guillermo Carmona, la Cancillería se concentró en constatar si la República de Chile había cumplido con el compromiso dispuesto en la «Declaración de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre buques que enarbolan la bandera ilegal de las Islas Malvinas», adoptada en Montevideo (Uruguay) el 20 en diciembre de 2011.
Esa declaración los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados «reiteraron el compromiso oportunamente asumido de adoptar, de conformidad con el Derecho Internacional y sus respectivas legislaciones internas, todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas.
Alertada por la Prefectura Argentina sobre el incidente, la Cancillería solicitó de inmediato información al respecto al Consulado argentino en Punta Arenas, cuyas autoridades «pudieron constatar que el buque enarbolaba pabellón rojo británico y que, por lo tanto, no se había quebrantado el referido compromiso».
Por otro lado, en el regreso del buque británico a las islas Malvinas la Prefectura Nacional Argentina activó los mecanismos correspondientes para la aplicación del Decreto 256/2010, firmado por la entonces presidenta Cristina Kirchner, que establece la necesidad de contar con autorización nacional para atravesar aguas jurisdiccionales argentinas en dirección a puertos ubicados en las islas Malvinas, Georgias del Sur o Sandwich del Sur y/o cargar mercaderías a ser transportadas en forma directa o indirecta entre esos puertos, deberá solicitar una autorización previa expedida por la autoridad nacional competente.
El RRS Attenborough no solo incumplió ese paso necesario, sino que permanece registrado en Puerto Stanley bajo la bandera ilegítima de las «Islas Falkland», según indicaron a esta agencia fuentes de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur.