El ahora detenido, identificado como Marcelo Alfredo R. D., de 38 años, había colaborado en el momento de la búsqueda como testigo. En su relato dijo que vio a Mateo el lunes a la noche cuando terminaron de trabajar y dijo no saber más nada de él. Sin embargo, efectivos de la División investigaciones a esa altura contaban con imágenes de cámaras de seguridad en la cual ambos aparecían juntos.
En los videos logrados se los ve juntos subiendo a un remís y con destino al barrio San Roque, en Corrientes, donde finalmente ocurrieron los hechos.
Fue una de las contradicciones en las que cayó el asesino. La búsqueda de Pérez continuó, pero ante el falso relato evidente, la fiscal a cargo de la investigación -Dra. Sonia Meza- ordenó realizar un allanamiento a la vivienda de Marcelo R. D. en calle 492 casi Los Puelches de la que ella misma participó.
En el operativo buscaron alguna evidencia que marcara la presencia de la víctima en ese domicilio. No había nada que hiciera presumir que Mateo hubiera estado allí, por lo que se supuso que el presunto asesino se había tomado el trabajo de hacer desaparecer toda prueba que lo incrimine.
Pero el sospechoso subestimó el trabajo de los investigadores. Nunca imaginó que uno de los efectivos iba a posar su mirada en el fondo de la propiedad donde había una lona cubierta de arena.
Primero se le preguntó si hacía mucho tiempo que la arena estaba allí y luego se decidió removerla. Cuando un efectivo logró quitar el montículo y levantar la lona descubrió que había tierra removida de corta data. Pidió autorización para excavar y fue entonces que dieron con el horror: el cuerpo de Mateo había sido enterrado a una profundidad de un metro aproximadamente.
La fiscal ordenó la realización la autopsia que determinará si Mateo fue estrangulado, como sospechan. A simple vista el cuerpo no presentaba heridas. En tanto, la pareja del homicida fue demorada y podría quedar detenida si prueban que encubrió el crimen.
Para los investigadores no está descartado la intención de robo como móvil del asesinato, porque el acusado tenía en su poder la tarjeta de débito de Mateo.