Así se llegará al final del proceso judicial que tiene como imputados a Máximo Thomsen (23), Blas Cinalli (21), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Ciro (22), Lucas (23 )y Luciano Pertossi (21) y Ayrton Viollaz (23).
Los escenarios posibles de la sentencia a los rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa
- Homicidio en riña. A diferencia de la prisión perpetua, este tipo de delito tiene una pena de cárcel que va de dos a seis años, por lo que, en caso de ser condenados bajo esta carátula, los rugbiers podrían salir en prisión en pocos años.
- En cuanto al homicidio preterintencional, que es cuando el agresor actúa con la intención de causar un daño en el cuerpo o en la salud, con un medio idóneo para ello, pero finalmente provoca la muerte de la persona, la pena de prisión va de tres a seis años.
- En cuanto al último escenario planteado por Tomei, un homicidio simple con dolo eventual, la pena es mayor, porque va de 8 a 25 años de prisión.
- Aún así, ninguna de las condenas pedidas se compara con la prisión perpetua solicitada por el particular damnificado y la fiscalía, que prevé una pena de 35 años, tal como establece el Código Penal.
Las últimas palabras de los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa
Tras mantener un pétreo silencio casi todo a lo largo del juicio, que sólo interrumpieron en contadas ocasiones y de manera muy breve, los acusados pronunciaron esta tarde sus últimas palabras y todos lo hicieron en el mismo sentido: pedir disculpas a la familia de la víctima y asegurar que jamás tuvieron intención de matar a nadie ni que existió un plan criminal tal como intentaron probar durante el juicio la fiscalía y la querella.
Todos los imputados se pusieron de pie y pronunciaron un breve discurso luego de que la presidenta del TOC 1, María Claudia Castro, le consultara a cada uno de ellos si iban a hacer uso de la palabra.
Por su parte, el fiscal Juan Manuel Dávila, uno de los encargados de impulsar la acusación contra los ocho rugbiers aseguró hoy, al término de los alegatos de las partes, que «la prueba derribó el principio de inocencia» que postuló la defensa.
Dávila dijo esta tarde a la prensa que de «modo alguno» el pedido de disculpas de los acusados durante sus «últimas palabras» va a modificar el fallo del tribunal ya que «los jueces van a resolver en base a la prueba, y la prueba derribó el principio de inocencia de la defensa».
También destacó que gracias a los medios de comunicación se acercaron testigos, algo que, según su experiencia, no suele ocurrir en casos que se producen en la costa durante el verano, y que «en cuarenta y ocho horas se recolectó toda la prueba».
Por su parte, Gustavo García, el otro fiscal de juicio, aseguró que «no hay una violación del principio de congruencia», tal como planteó el abogado defensor Hugo Tomei, dado que «se trata de un mismo hecho histórico» y que «solo hubo un cambio en la descripción» del mismo.
Previo a la exposición de Tomei, Dávila consideró que la jornada del miércoles, en la que se llevaron a cabo los alegatos de la acusación y la querella, tuvo un «balance muy positivo»:
«El fiscal (Gustavo) García habló de todo lo que es la descripción del hecho y yo hablé de los autores de los hechos, que es la autoría. Ya conocíamos la prueba que a la postre íbamos a demostrar. Se acreditó lo que hizo cada uno de los imputados con la certeza que se requiere. Las dos partes mantuvimos esta calificación legal, que la única pena que amerita es la prisión perpetua», aseguró.
Además, Dávila admitió que no le sorprendieron los videos que presentó ayer la querella durante los alegatos.
«Sin embargo, lo que han ayudado esos registros, es individualizar físicamente el rol que tiene cada uno», reconoció el fiscal.
Por último, volvió a señalar que el accionar de los imputados fue premeditado y «no hay dudas» que hubo «un plan a los efectos de matar a Fernando».
«Lo que es la premeditación no quiere decir que hayan pensado ‘hoy salgo a bailar y mato una persona’, quiere decir que instantes previos a la comisión del hecho lo que hacen las personas es ponerse de acuerdo para matarlo. Eso se puede advertir en todos los videos: que siete minutos antes salen del boliche, cruzan la calle y van al lugar donde está Fernando. Se observó que, ni bien se va el último efectivo policial, inician», concluyó.