El núcleo de la Tierra, compuesto por hierro fundido a miles de kilómetros de profundidad y a una temperatura superior a la superficie del Sol, frenó su rotación, y científicos creen que podría haber comenzado a girar en sentido contrario al de la superficie del planeta
El mecanismo exacto de rotación de esta esfera, libre de movimiento, puesto que flota en el líquido del núcleo externo, sigue siendo difícil de descifrar. Lo poco que se sabe se basa en el análisis de las ondas sísmicas, provocadas por los terremotos, cuando pasan por el centro del planeta.
Del mismo modo, como señalan los investigadores chinos «estas observaciones proporcionan una evidencia de que existen interacciones dinámicas entre las distintas capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, posiblemente debido al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular desde el núcleo y el manto hasta la superficie» comentaron Yi Yang y Xiaodong Song, investigadores del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín.