El hombre, de 50 años -su identidad se mantiene en reserva para preservar la identidad de la víctima-, tenía amenazada a la niña. Los abusos se cometían cuando iba a visitar a sus primas, aprovechando los momentos en que estaban solos.
La niña nunca lo había podido contar porque su tío la tenía amenazada y le repetía que no dijera nada. «Nadie te va a creer», le decía para intimidarla. “El me amenazaba, me decía que si yo lo contaba nadie me iba a creer y se iban a enojar conmigo”, dijo la niña a sus padres, quienes, al descubrir la situación, hicieron la denuncia en la Fiscalía.
El caso lo llevaron adelante la fiscal María Angélica Carcano junto con la funcionaria Romina Carrizo (imagen), de la oficina de Violencia de Género y Delitos Sexuales, una agencia especial para investigar este tipo de delitos con la cual cuenta el Ministerio Público Fiscal.
En su declaración en Cámara Gesell, la niña narró a la psicóloga Mariana Pastor lo que tuvo que vivir y le dijo que el hombre la tocaba «muchas veces» cuando ella era muy chica. Tras la investigación y la recolección de evidencia, la Fiscalía presentó la acusación por el delito de “abuso sexual simple en la modalidad de delito continuado en concurso real con acceso carnal”.
El caso se elevó a juicio y el Tribunal integrado por Marcos Nápoli, Stella Eizmendi y Patricia Reyes lo condenó a ocho años de prisión. Días pasados, la Cámara Penal, integrada por Leonardo Pitcovsky, Rafael Lucchelli y Flavia Trincheri, rechazó la apelación de la defensa y confirmó la condena en todos sus términos.