El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) informó en las últimas horas que se hallaron otras 12 ballenas muertas en el Golfo Nuevo, en Chubut. Con estos hallazgos, ya suman 30 los ejemplares fallecidos desde el 24 de septiembre pasado.
El ICB explicó que en un relevamiento aéreo realizado días atrás en las costas de los Golfos Nuevo y San José se detectaron «12 nuevos casos» de ballenas fallecidas. Los ejemplares fueron encontrados en el Golfo Nuevo.
De este modo, revelaron que «hasta la fecha, el conteo de ballenas muertas es de 26 adultas y 4 juveniles, totalizando 30 en la presente temporada».
Por el momento, no se determinaron oficialmente las causas de las muertes porque todavía no se completaron los estudios de laboratorio de las muestras que se tomaron de los cadáveres.
Sin embargo, todo indica que los fallecimientos se produjeron por los elevados índices de toxinas producidas por el fenómeno conocido como «marea roja», cuyos niveles descendieron en en los últimos días, según informó la Dirección de Ambiente de Chubut.
El ICB aclaró también que todo indica que las 12 ballenas fallecidas detectadas en los avistajes aéreos no murieron recientemente. Se estima que los cuerpos estuvieron flotando en el golfo y tocaron tierra arrastrados por los vientos.
“Cabe destacar que todos los individuos hallados durante el relevamiento aéreo se encuentran en un estado de descomposición avanzado, sugiriendo una fecha de muerte en un lapso de tiempo similar y que muchos se encuentran en áreas de difícil acceso. El equipo científico del Programa examinará los nuevos individuos relevados durante los próximos días para continuar el monitoreo de este evento inusual de mortandad de ballenas en Península Valdés», detalló el Mariano Sironi, Director Científico del ICB.
La hipótesis sobre las causas de la muerte de las ballenas
Investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y del Laboratorio de Fitoplancton de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco buscan establecer la causa de las muertes de las ballenas. Por el momento, la hipóstesis más fuerte es que los fallecimientos tienen relación con biotoxinas producidas por microalgas tóxicas, durante la marea roja registrada en la zona.
«Las ballenas que examinamos hasta ahora se encontraron en buen estado general, con condición corporal excelente, presentando un correcto espesor en su capa de grasa (medidos en 9 regiones diferentes) y abundante presencia de grasa en cavidad abdominal y en diferentes tejidos internos. En varias pudimos constatar la presencia de contenido en el aparato digestivo, indicando su alimentación previa a la muerte. Ningún ejemplar presentó evidencias de lesiones anormales ni heridas traumáticas recientes que expliquen su muerte», explicó Agustina Donini, Coordinadora de Campo del PMSBFA (Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral).
Para determinar la causa de las muertes, los investigadores recolectaron «una serie de muestras de órganos, tejidos y fluidos de las ballenas que son primordiales para detectar la presencia de biotoxinas«. Las muestras ya fueron procesadas y se espera que los resultados se den a conocer «en un plazo estimado de un par de semanas.”
Qué es la «Marea roja»
La marea roja es un fenómeno que se presenta en forma natural, causado por la floración de algas unicelulares (FAN) -dinoflagelados constituyentes del fitoplancton- que contienen toxinas y forman parte de la alimentación de los moluscos bivalvos.
La principal hipótesis es que existe en las aguas de los golfos San José y Nuevo, que se ubican al norte y al sur de la península, la presencia inusual de toxinas provenientes de la llamada marea roja.
El director de Flora y Fauna Silvestre chubutense, Fernando Bersano, explicó que este es un fenómeno habitual para la zona: «No se puede prevenir ni predecir el grado de toxicidad ni cuánto va a durar, es un ciclo, y ahora esperamos que concluya».
Bersano detalló que la veda de consumo de moluscos y caracoles para humanos se establece cuanto las toxinas superan las 400 unidades ratón, mientras que las mediciones que coincidieron con la mortandad de ballenas dieron 18.000, y hay que considerar que cada ejemplar suele comer entre dos o tres toneladas de crustáceos.
Asimismo, el funcionario agregó que para encontrar una mortandad de ballenas similar hay que remontarse a 2007, cuando se contaron 20 ejemplares de ballena franca austral fallecidos.