Así lo pudieron confirmar con los informes complementarios de las autopsias: “Fue introducida”. Estos fueron los resultados que llevaron al fiscal Raúl Garzón a ordenar la detención e imputación de la enfermera Brenda Agüero.
Los indicios que llevaron a la detención de la enfermera
Brenda Agüero permanece alojada en la Cárcel de Mujeres que funciona en el Complejo Carcelario Luchesse de Bouwer por el delito de “homicidio calificado por procedimiento insidioso” y en las próximas horas será sometida a un peritaje psiquiátrico.
La investigación apunta a determinar si la enfermera, que tiene 27 años y trabajaba en el Neonatal desde 2020, es una asesina serial o si sufrió algún tipo de brote psicótico que la llevó a cometer la matanza.
Al momento de su arresto, la enfermera estaba rodeada de su familia y sabiendo que podría ser detenida. Días antes, los rumores ya indicaban que sería imputada en la causa y por eso, su mamá Cristina se mantuvo atenta a dar su versión de los hechos ante la inquietud de los medios en la provincia de Córdoba.
La joven nacida en 1995, vivía con su mamá y dos hermanas en una casa humilde en las afueras de Río Ceballos. Antes de la llegada de los efectivos, Cristina aseguró que su hija “no mató a ningún bebé, ella deslomó para estudiar Enfermería, es lo que la apasiona”.
Fuentes de la causa reconocen que la investigación por la muerte de los bebés es compleja y con pocos indicios, de hecho, no hay registros en las cámaras del hospital ni testigos que hayan visto que los recién nacidos fueron pinchados con sustancias desconocidas.
Entre las escasas pruebas, la justicia busca determinar cómo se produjeron los presuntos pinchazos letales contra los recién nacidos, y el secuestro de jeringas o ampollas. En ese marco, la familia de Brenda, aseguró que la enfermera no inyectaba a los bebés “ni los tocaba”. Y explicaron, además, que su trabajo en Neonatalogía consistía en asistir a las mamás, de modo que “no hay nadie que pueda decir que la haya visto con una jeringa en la mano”.
De manera similar, sus compañeros avalan los dichos de la madre y tildaron a la acusada como “una joven dedicada, sumisa y muy trabajadora”. De hecho, aclararon que no colocaba vitaminas ni vacunas a bebés. Como parte de ese perfil, su mamá recordó que Brenda trabajó en el Sanatorio Allende en 2018 y “nunca tuvo ningún problema”. Además, aclaró que en medio de la pandemia ingresó en Neonatal de modo que “trabajaba todo el día en los dos lugares. No daba más. Hasta que dejó el Allende”.
En la fiscalía comprobaron su rol en el área de neonatología y reconocieron que la joven no debía estar en contacto con los bebés. Aún así, algunos testimonios confirmaron que en algunas oportunidades alzó a los menores para acercárselos a las mamás.
En ese marco, el fiscal observó que la enfermera fue quién tuvo mayores coincidencias con los casos investigados y por eso fue señalada como la principal sospechosa. Ante posibles versiones, Cristina aseguró que la joven no sufrió la pérdida de un bebé o niño cercano ni tiene antecedentes psiquiátricos, informó el sitio Cadena 3.
Por otra parte, los familiares de las víctimas fatales se concentraron afuera del hospital para pedir justicia y plantearon que no solo quieren pensar en que la responsabilidad es de una sola enfermera sino que “tiene que dar explicaciones el poder, el ministro, es mucho más grande lo que hay detrás de esto”, sostuvo Fran, el papá de un bebé que murió el 18 de marzo.